El Confidencial (17/03/2018). [Noticia seleccionada y comentada por Uxua Esain Ibiricu, Grado en Sociología]
La pasada semana tuvo lugar la trágica muerte de Mame Mbaye Ndiay de 35 años y de origen Senegalés. Residía y trabajaba, como mantero, en Madrid de manera ilegal, y desafortunadamente murió de un infarto mientras era perseguido por la policía.
Tras este suceso, el pasado viernes hubo una concentración en la plaza Nelson Mandela (en Lavapiés), y aunque el principal motivo fue el trágico acontecimiento de la muerte de Mame Mbaye, las principales reivindicaciones estaban dirigidas al acoso policial que reciben los manteros, y que ya llevan siendo denunciadas desde hace 3 años principalmente por el Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid.
Es deplorable que incidentes como estos sean necesarios para recordarle a la población la importancia que tiene el ser humano como persona. En base a este suceso es primordial cuestionarse si las medidas legales pesan más que las sociales y para ello es necesario poner en práctica la capacidad empática.