Hospodářské noviny 7 de Febrero 2018 [Noticia seleccionada y comentada por Helena Hříbalová -Máster en Estudios Latinamericanos]
La República Checa está en un momento tempestuoso entre su línea política y la línea de opinión pública. Después de las elecciones parlamentarias en 2017, las posiciones de los ministros cambiaron hacia una discusión más abierta para encontrar soluciones a la crisis migratoria y sus consecuencias. El aumento en el número de solicitantes de asilo y el posterior aumento de los ataques terroristas y las amenazas en Europa han dividido a la sociedad checa. Sin embargo, en lugar de un impulso hacia la calma, el impulso fue el opuesto. Aunque algunos políticos ahora se están moviendo hacia la defensa de las políticas migratorias europeas, la sociedad checa continúa odiando estas políticas de aceptación de la migración. El resultado de estas corrientes conflictivas es que la República Checa, junto con otros cuatro estados de Visegrado, se enfrenta a una sanción de la Comisión Europea por este enfoque negativo. Por lo tanto, es más importante que nunca que la República Checa cambie el discurso del odio por el discurso de puertas abiertas.
