Libération 20/03/2020 [Noticia seleccionada y comentada por Inés Varoquaux Pascual. alumna ERASMUS Grado en Sociología]
La utilización del Covid-19 para apuntar a grupos de personas, y sobre todo a los inmigrantes, se ha estado generalizando en Francia, y en países de Europa estas últimas semanas. Un discurso se está construyendo, con el objetivo de criticar a la Unión Europea, a la libertad de movimiento que existe en ella y exigir el cierre definitivo de las fronteras. En Hungría, Viktor Orbán calificó el virus de “enfermedad de extranjeros” y su gobierno anti-inmigración y euro-escéptico tomó justamente la decisión de cerrar sus fronteras a la inmigración y de rechazar a cualquier solicitante de asilo con la disculpa del coronavirus.
En Francia, el discurso se construye alrededor de dos ejes principales, centrales en la ideología de extrema derecha. El análisis de tweets sobre todo demuestra que los xenófobos establecen una relación entre las personas inmigrantes, o de origen norte africanas con el tráfico de drogas. Afirman que los que no respetan el confinamiento son los inmigrantes, porque son traficantes. Por otra parte, el discurso, que se construye en un rechazo de la religión musulmana, asimilándola al islamismo, también sugiere que el coronavirus satisface a los musulmanes, pues nos tenemos que tapar la cara y están cerrados los bares. La utilización del término “coranvirus” se ha generalizado, estableciendo un vínculo terminológico entre la pandemia y la religión musulmana.
Estas estrategias discursivas esconden también la idea de re-emigración de las personas con origen de inmigración, que, según la ideología racista xenófoba, además de ser de una forma las culpables de haber traído el virus, encima no respetan a las reglas de confinamiento. Algunos se dejan decir que “a lo mejor se tendrían que confinar en su país”.
Esto se inscribe en un contexto de rechazo en Francia sobre todo dirigido a las personas con origen norte-africano, culpadas por esas ideologías de todos los males del país. En su artículo, el autor, Tristan Berteloot, nos demuestra que el hecho de que el virus venga de China le complica un poco las cosas, porque no pueden expresar tan claramente sus ideas como con la epidemia de Ebola cuando Jean-Marie Le Pen deseó por ejemplo que el “Señor Ebola” se encargue de la “amenaza de sumersión migratoria africana”.
