El Economista 09 de Noviembre 2017 [Noticia seleccionada y comentada por RONALD ANDRÉS SÁENZ LEANDRO - Máster en Estudios Latinoamericanos]
Dos años luego del apaciguamiento de la crisis de migrantes cubanos varados en Costa Rica, los gobiernos de ambos países han logrado identificar una estructura de oportunidad para poner en marcha un mecanismo de diálogo bilateral para el intercambio de información en cuanto a flujos y políticas migratorias, se habla de la I Ronda de Conversaciones en Materia Migratoria celebrada en el mes de noviembre del año pasado. Tal iniciativa tuvo por objetivo primordial “fortalecer el diálogo y la cooperación en torno a las acciones para asegurar flujos migratorios regulares, ordenados y seguros entre Costa Rica y Cuba”, según el comunicado oficial. ¿Qué provocó esta acción entre dos países que no se han caracterizado por grandes intercambios de flujos migratorios? El paso masivo de cubanos por territorio costarricense se detectó con mayor prominencia apenas en 2012. Por ello se dotó a los caribeños de visas de tránsito válidas por tres días para asegurar el traslado seguro de los mismos por el país. Lo que no se esperaba es que años después los países vecinos se iban a empeñar en obstaculizar el paso de los migrantes isleños. Hacia marzo de 2016, el gobierno costarricense se encontró ante el desafío de atender hasta a 8000 cubanos, los cuales se quedaron varados en Costa Rica en su ruta hacia el norte. En tanto, el gobierno nicaragüense optaba por resguardar su frontera sur desplegando las fuerzas armadas por la zona. El gobierno costarricense optó por retirarse de los foros políticos del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) siendo que estos no se mostraron abiertos para consensuar una solución regional. La anterior situación motivo la búsqueda de soluciones bilaterales como el que reseña la noticia.
