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Blog dedicado al fenómeno migratorio y étnico
 

Ensayo: Movilidad ocupacional de los inmigrantes: enfoques teóricos comparados

Daniel Bailac Mur ©

Grado en Sociología

 

Introducción

Las características laborales de la población inmigrante respecto al mercado laboral son diferentes a las de la población nativa a lo largo de los diferentes países receptores de inmigración en todo el mundo. Concretamente en España, las tasas de actividad, empleo e incluso de paro son más altas en los inmigrantes que en los autóctonos (Cachon 2011). Debido a estas superficiales características laborales, ya resultaría interesante analizar el comportamiento laboral de la población inmigrante, pero, en este ensayo, se va a tratar más en profundidad, la especial trayectoria que desarrollan los inmigrantes dentro del mercado laboral de la sociedad de destino.

En primer lugar, se hará una revisión acerca de la línea de investigación abierta por Barry R. Chiswick, la cual está centrada en un modelo general de trayectorias ocupacionales individuales de los inmigrantes, de esta manera, el autor obtiene un patrón más o menos regular en todos los perfiles de la comunidad inmigrante. Que la trayectoria sea más o menos regular entre sí, dependerá del Capital Humano de la propia persona, lo que incluye principalmente, el nivel de estudios alcanzado (y que su certificado o titulación estén homologados), la experiencia laboral y el conocimiento de la lengua oficial del país de destino. Estos tres aspectos, entre otros, son lo que marcarán la trayectoria ocupacional de la persona inmigrante, junto con el concepto de transferibilidad limitada de Capital Humano, aspecto clave y de gran relevancia académica en toda la rama teórica de la movilización ocupacional de la población inmigrante.

En segundo lugar, entramos en la perspectiva estructural del campo académico, la teorías de la segmentación, se utilizarán los recursos proporcionados por María Aysa-Lastra y Lorenzo Cachón Rodríguez. La relevancia de la incorporación de esta perspectiva al estudio de la movilidad ocupacional de la población inmigrante, se trata de alguna forma, de la matización a la universalidad de la teoría anteriormente introducida, y que ésta, sin embargo, ha sido la perspectiva que mayor groso de estudios académicos ha producido. De esta manera, desde el enfoque estructuralista, al contrario que Chiswick, argumentan que antes de observar las trayectorias de movilización ocupacional de la población inmigrante en la total amplitud del mercado laboral, éste último debe ser trabajado con las características propias que tiene, lo que por tanto, produce diferentes divisiones dentro del mercado laboral y en el sistema ocupacional, así, implican diferentes trayectorias entre diferentes colectivos de inmigrantes, principalmente debido a el género, la edad y el nivel educativo, entre otros.

Los fundamentos del estudio de la movilidad social de los inmigrantes: el Capital Humano

La teoría del Capital Humano está ampliamente utilizada y extendida en el estudio de la movilidad ocupacional. Su mayor exponente y defensor de este enfoque es Barry R. Chiswick, el cual, en los años 1977, 1978 y 1979 argumentó sobre la movilidad ocupacional entre los inmigrantes de Estados Unidos. Para ir desglosando su modelo, se utilizarán en este ensayo dos de su investigaciones, por un lado, “A longitudinal análisis of immigrant occupational mobility: a test of the inmigrant assimilation hypothesis.” (Chiswick et al. 2013) Se trata de un trabajo de investigación con metodología longitudinal panel, sobre una muestra representativa de inmigrantes recién llegados a Australia y que aplica la Teoría del Capital Humano a la movilidad ocupacional de los inmigrantes. Por otro lado, con “The international trasferability of immigrants’ human capital.” Donde se analiza si el capital humano de los inmigrantes se integra bien en el sistema laboral de Estados Unidos, observando las diferentes ocupaciones que realizan tanto nativos como Inmigrantes (siendo estos últimos diferenciados por el tiempo de estancia, lugar de procedencia, entre otros aspectos)

Lo que Chiswick propone es la teoría de la movilización ocupacional en forma de “U”, es decir, la trayectoria ocupacional de un individuo inmigrante, sea cuales fueran sus características, tendrá forma de “U” (aunque se aprecian diferentes tonalidades que el propio Chiswick observó teniendo en cuenta los diferentes perfiles de los inmigrantes). De cualquier forma, el autor, indica que se produce un descenso de la posición en la estructura laboral de la persona inmigrante, desde la ocupación a la que se dedicaba en su país de origen y la primera ocupación que realiza en el país de destino (lo que denominaremos como primera transición ocupacional), pero que además, conforme el tiempo de estancia y de residencia de dicha persona aumenta en el país de destino, ese descenso ocupacional producido con el primer puesto laboral, va aumentando (normalmente de manera progresiva y rara vez lo hace súbitamente) hasta equiparase con el nivel ocupacional de las personas nativas del país de destino (segunda transición ocupacional), produciendo una imagen similar a una “U” entre ambas transiciones.

Uno de los principales recursos explicativos de Chiswick es “the es-than-perfect international transferability of Human Capital” (Chiswick and Miller 2009), que traducido al español en (Aysa-Lastra and Cachón 2013b, 2013ª) es “Transferibilidad imperfecta”, pero que de ahora en adelante se denominará como transferibilidad limitada. Este proceso consiste en la existencia de desajustes en la convalidación del Capital Humano que había adquirido el inmigrante en su país de origen, con su correspondencia en el país de destino. De esta manera, el primer empleo de la persona inmigrante en el país de destino estará determinado a ser de un nivel ocupacional inferior, que en la última ocupación que tuvo en su país de origen, donde el individuo podía incorporar todo su Capital Humano adquirido a su posición en el mercado laboral. Este proceso dice Chiswick, ocurre siempre, por lo que, si el inmigrante va a enfrentarse a una degradación de su estatus ocupacional y, por tanto, a una tensión psicológica como consecuencia de ello, la causa de la migración no es el sistema de oportunidad ocupacional en el país de destino. Más bien, esta causa será que, a pesar de esta característica intrínseca de la migración, el flujo migratorio sigue siendo desde países con rentas medias bajas a países con retas medias altas, por lo que, aunque la posición ocupacional de la persona inmigrante en el país de origen descienda, la ganancias económicas percibidas por ésta, serán mayores que en su país de origen, aunque su estatus ocupacional fuera más alto.

Con este último planteamiento, no se pretende desviar el tema del ensayo, sino más bien empezar a dilucidar el individualismo metodológico, que propone el estudio de la movilidad ocupacional con la teoría de la forma “U” planteada por Chiswick, y que más adelante compararemos con las teorías de la segmentación referidas a la movilidad ocupacional.

¿Qué es lo que influye en la transferibilidad limitada del Capital Humano?

La pérdida de Capital Humano en el país receptor de la persona inmigrante, viene a ser producida “porque la información del mercado laboral no es perfectamente transferible y los tipos de habilidades requeridas dentro de una ocupación pueden variar con el nivel de tecnología y desarrollo económico de (dicho) país.” (Chiswick et al. 2013).

La incidencia de dicha transferibilidad limitada de Capital Humano, en el primer tramo de la curva “U”, es decir, en la primera transición ocupacional, estará influida por diferentes aspectos como son “los años de escolaridad formal, la experiencia laboral y las destrezas adquiridas a través de la formación y aprendizaje de los oficios.” (Chiswick and Miller 2009), pero además, los autores descubren diferentes aspectos sociodemográficos que influyen en dicha curva: la edad en el momento en el que se hace la migración, el conocimiento y familiaridad con la lengua oficial del país de destino, además, el propio país de nacimiento, pero sobre todo, relacionado con esta variable, es si influye en el Capital Social de la persona inmigrante, y por tanto, que éste funcione como plataforma hacia la incorporación en el mundo laboral de la persona inmigrante y, por último, la causa de la migración, es decir, si el desplazamiento fue producido por motivos económicos o por motivos humanitarios, ya que, esto influirá en la motivación, dedicación, ambición o espíritu emprendedor del inmigrante para conseguir una mejor posición ocupacional.

Para que el inmigrante consiga revertir esta transferibilidad limitada del primer descenso, cualquiera que fuera su incidencia, debe invertir en su Capital Humano en el país de destino, ya sea, para recuperar el que había perdido o, para adquirir uno nuevo que pueda ser reconocido y utilizado en su posición ocupacional, de esta manera, “las inversiones en el Capital Humano producirán una movilidad ocupacional ascendente en el inmigrante.” (Chiswick et al. 2013) Estas inversiones estarán estrechamente relacionadas con la última de las causas (autoselección), es decir, que el propio inmigrante, en base a su motivación y ambición realizará las inversiones en Capital Humano que crea necesarias (pero también influirán en la experiencia laboral que adquiera el inmigrante). Entonces la segunda transición ocupacional estará marcada por el ascenso ocupacional y que Chiswick observa que a los 13 años éste se iguala con la de los nativos y a los 20 los supera, al menos en salario percibido. (Aysa-Lastra and Cachón 2013b)

 ¿Estamos hablando de un modelo “universal”?

Como hemos visto a través de la explicación anterior, la unidad de análisis de la teoría de la forma “U” de la movilidad ocupacional es el individuo, es decir, se centra en las características individuales de la persona inmigrante para explicar el proceso de su movilización, pero la reciente literatura argumenta que la explicación micro se queda “a medias tintas” como indican (Artiles, López-Roldán, and Molina 2011) “La movilidad ascendente no se puede explicar sólo en términos de asimilación y convergencia salarial (…) intervienen tanto las características y los atributos de los individuos, como las características estructurales del puesto de trabajo, de la empresa y del sector de actividad.” Estos tres autores, realizan un análisis de la movilidad ocupacional en España, tanto desde la perspectiva individualista metodológica, como desde las teoría de la segmentación. En primer lugar, en España el comportamiento es distinto al que planteaba Chiswick, ya que, de los 13 años en los que se conseguía la equiparación salarial en Estados Unidos, es España se retrasaba a los 20 años, pero su resultado más interesante es que, en cada una de las variables utilizadas como independientes en el modelo de regresión logística multinomial, por si solas, sin ser contextualizadas, no son determinantes, pero además, la propia ascendencia ocupacional de las personas inmigrantes frente a la de las nativas se observa de menor probabilidad. De esta manera, la probabilidad de acceder a salarios altos por parte de los inmigrantes será menor que la de los nativos, por tanto, la equiparación salarial entre ambos colectivos será menor, y la autoselección que se propone desde Chiswick no sería suficiente para la movilidad ocupacional ascendente del inmigrante. Finalmente, los autores indican que la mejor propuesta de investigación es aquella que convine ambas propuestas, la estructural y la individual.

En otro de los estudios utilizados (Odriozola and Peña 2016) desde dicha doble perspectiva, que planteaban los autores Artiles, López-Roldán y Molina, analizan las posibles segmentaciones del mercado laboral en base al género y a la nacionalidad, concluyendo que sí se observan patrones diferentes de ocupación desde ambas perspectivas y que, por un lado las mujeres son más vulnerables que los hombres y, por otro, las personas inmigrantes lo serán más que las nativas, de esta manera, el colectivo de mujeres inmigrantes constituye el colectivo de mayor vulnerabilidad. Además, plantean una de las cuestiones que arrastran las teorías estructuralistas frente a las que utilizan el individualismo metodológico, la falta de “una teoría única que proporcione una explicación coherente de las diversas causas, manifestaciones y efectos de la segmentación.” (Odriozola and Peña 2016)

Pasamos, en último lugar, siguiendo el hilo del estudio de Odriozola y Peña, al estudio de la creación de nichos étnicos dentro del mercado laboral (Veira, Stanek, and Cachón 2011) Centrados en los enfoques teóricos del Capital Humano, el Capital Social y en las teorías de la segmentación. Los autores se centran, por un lado, en la segregación del mercado laboral mediante el género y, por otro lado, en las principales nacionalidades de inmigrantes residentes en España, para identificar “la probabilidad de que se concentren en los principales nichos étnicos: los servicios de hostelería, el trabajo no cualificado en la agricultura, la construcción y el servicio doméstico.” En primer lugar, destacan los resultados del “Índice de disimilitud”, es decir, el porcentaje de población inmigrante que se distribuye de manera desigual a la población autóctona en las diferentes ocupaciones del mercado laboral, cuyos resultados son del 28,3% de disimilitud para los hombres inmigrantes y para las mujeres, asciende al 33,3%. Este porcentaje de disimilitud dependerá del lugar de origen del inmigrante, al igual que ocurre con las probabilidades de pertenecer o no a un nicho étnico determinado dentro del mercado laboral, pero, además, la segregación por género siempre se superpone a la segregación étnica, al igual que argumentaban Odriozola y Peña. Los resultados en relación con los diferentes enfoques teóricos que utilizaron manifiestan que, la teoría del Capital Humano influye en la posición ocupacional, en segundo lugar, que la teoría del Capital Social, tiene efectos ambivalentes, ya que por un lado promociona en el mercado laboral, pero, sin embargo, no impide la ocupación dentro del nicho étnico, y en último lugar, destacan la importancia de los factores contextuales relacionados con la segmentación del mercado laboral, preservando la persistencia de trabajos masculinizados o feminizados y a su vez, la de los nichos étnicos ocupacionales.

Pero entonces… ¿Qué son y qué abarcan las teorías de la segmentación?

Para trabajar la teoría de la segmentación en la movilidad social, se van a tratar a los autores María Aysa-Lastra y Lorenzo Cachón, los cuales elaboraron los siguientes artículos contiguos: en primer lugar, “Movilidad ocupacional segmentada: el caso de los inmigrantes no comunitarios en España.” (Aysa-Lastra and Cachón 2013b) estudiando la movilidad ocupacional desde la Encuesta Nacional de Inmigrantes de 2007 (ENI), desde una perspectiva segmentada del mercado laboral y que cuyos resultados, como veremos, son de gran relevancia. En segundo lugar, se tratará el texto sucesivo “Determinantes de la movilidad ocupacional segmentada de los inmigrantes no comunitarios en España.” (Aysa-Lastra and Cachón 2013a), en esta segunda parte, se continúa el análisis comenzado en el primer texto a partir de la pregunta de que si “los determinantes de las posiciones ocupacionales de los inmigrantes juegan un papel diferente en los distintos segmentos (del mercado laboral) y en las dos transiciones (de la curva de movilidad ocupacional de la población inmigrante)”

La postura de ambos autores aparece bastante explicita, tanto en el primero, como en el segundo texto. Se argumenta que, a partir de la teoría de la movilidad ocupacional de los inmigrantes en forma de “U” de Chiswick, se originó una corriente de estudios académicos a la “estela” de este autor, que de hecho, es la más extensa rama de estudios sobre el mercado laboral y los inmigrantes, de tal manera, se utiliza la “jerarquía social” como base de la movilidad ocupacional (cuyos cimientos están en la teoría neoclásica), es decir, que se “considera que la movilidad se produce a lo largo de toda una escala ocupacional jerarquizada donde los inmigrantes circulan entre las distintas ocupaciones.” (Aysa-Lastra and Cachón 2013b) Aunque, como hemos visto en la sección anterior, ya existía la rama en la que se tenía en cuenta la argumentación teórica de la segmentación, pero no será hasta el planteamiento de sendos autores, cuando se introduce la característica de la “estructura de clase” como mecanismo propio en el mercado laboral, que funcionaría como principal influencia para la movilización ocupacional. De esta manera, los rasgos diferenciales más importantes entre ambas perspectivas teóricas son, que en el desarrollo individualista de la movilidad ocupacional; la teoría del capital social y de la segmentación son meros enfoques adyacentes a la curva “U”, es decir, funcionan como “efectos analíticos que ayudan a la comprensión de resultados.” (Aysa-Lastra and Cachón 2013b) Sin embargo, en el desarrollo que plantean estos dos autores, se parte “de que el mercado de trabajo funciona de modo segmentado y que existen segmentos con rasgos diferentes, tanto desde el punto de vista de la oferta (la perspectiva de Chiswick) como de la demanda.” (Aysa-Lastra and Cachón 2013b). Entonces como conclusión, ambos autores plantean la reexaminación de la pauta ocupacional en forma de “U” partiendo de la perspectiva de la “estructura de clase”.

El enfoque teórico de la segmentación, parte del supuesto, de que el mercado laboral en su conjunto está segmentado al menos en dos diferentes partes o segmentos, las cuales funcionarían como estructuras independientes para la movilidad ocupacional, aunque estas sean complementarias la una de la otra. De tal manera que, como ya argumentaban (Veira et al. 2011), el primero de los segmentos se denominará primario, en el que se ofrecen condiciones dignas de empleo, salarios altos y mayor propensión a la movilidad ocupacional, desde el otro segmento, el secundario, nos encontraríamos con lo contrario al primario, malas condiciones laborales, bajos salarios y una limitación para la movilidad ocupacional. La división de las ocupaciones que realizan Aysa-Lastra y Cachón para la construcción de ambos segmentos, se basará, de esta manera, en “la movilidad relativa y la fluidez social” (Aysa-Lastra and Cachón 2013b, 2013a), entonces mediante una serie razones de probabilidad y regresiones logísticas en base al estudio de las diferentes ocupaciones, éstas se establecen de la siguiente manera:

  • El segmento primario del mercado laboral estará compuesto por las primeras ocupaciones en el rango jerárquico de (CNO-94), es decir, la dirección de empresas y administraciones públicas, los técnicos y profesionales científicos e intelectuales, los técnicos y profesionales de apoyo, y los empleados de tipo administrativo.
  • El mercado de trabajo secundario estará formado por las 5 siguientes categorías, los trabajadores de servicios de restauración, personales, protección y vendedores de comercio; trabajadores cualificados en la agricultura y en la pesca; artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras, la construcción y la minería; operadores de instalaciones y maquinaria y montadores; y trabajadores no cualificados. De tal manera que, en el análisis (en ciertas ocasiones), los autores descartan la primera de las cinco ocupaciones de este segmento, debido a su alta ambigüedad entre ambos.

Los resultados del primer estudio sobre la movilidad ocupacional segmentada de (Aysa-Lastra and Cachón 2013b) son realmente esclarecedores, ya que, en base a estos dos diferenciados segmentos del mercado laboral, se establecen patrones de movilidad característicos en cada uno de dichos segmentos. En rasgos generales descubren que, mayormente la fluidez ocupacional se produce intrasegmento, sin embargo, intersegmentos la movilidad ocupacional es escasa (este proceso ocurre en las dos características transiciones laborales de los inmigrantes y en cada una de las variables que introdujeron respecto al capital humano, capital social y demás variables sociodemográficas), por lo que aluden al término de “cierre” entre dichos segmentos. De esta manera, las transiciones ocupacionales de la curva “U” de Chiswick, están mayormente producidas dentro de los segmentos del mercado laboral, en definitiva, Aysa-Lastra y Cachón abogan por “que la pauta de movilidad ocupacional de los inmigrantes en España responde a una pauta de movilidad ocupacional segmentada en forma de “U”.”

Pero la fuerza explicativa va más allá, porque descubren pautas diferentes de movilidad ocupacional dentro de cada uno de los segmentos, en función de determinadas características asociadas al perfil del inmigrante, por lo que, la precisión que otorga este enfoque segmentado de la movilidad ocupacional es mucho mayor que el enfoque de Chiswick, algunas de estas características son, por ejemplo, los estudios superiores en las mujeres inmigrantes, contar con certificados de titulaciones homologados o que el español sea la lengua materna del inmigrante. De tal manera, por un lado, se consigue revertir en cierta medida la discriminación estadística causada, por el gran volumen de los agregados en la teoría explicativa de corte individualista y, por el otro, establecer subgrupos de análisis con diferentes comportamientos en la movilidad ocupacional.

De este último argumento se desprende el eje central del segundo texto, los determinantes sociales de la movilidad ocupacional (Aysa-Lastra and Cachón 2013a), los autores realizan una serie de regresiones logísticas y probabilidades de razones, para descubrir qué determinantes y cómo afectan a las trayectorias ocupacionales en cada uno de los segmentos del mercado laboral explicados anteriormente, pero además, contrastan dichos resultados con los propuestos por Chiswick y obtienen diferentes influencias y otros aspectos interesantes para el análisis.

Por un lado, afirman que los determinantes más influyentes en la movilidad ocupacional “son muy congruentes con la literatura más consolidada en este campo” (Aysa-Lastra and Cachón 2013a), que como ya se ha indicado, el Capital Humano juega un papel relevante, sobretodo cuando hablamos del nivel educativo, la zona de origen y el tiempo de estancia en el país de destino también serán variables explicativas en ambos segmentos (aunque el motivo del desplazamiento “económico o humanitario” es el contrario para la promoción del estatus ocupacional en España, respecto a EEUU), además, como ya habían indicado (Veira et al. 2011), el capital social juega un papel ambivalente, y finalmente, las variables sociodemográficas de la edad y el género tienen también un papel relevante, en la segunda y en la primera transición respectivamente.

Por otro lado, encontramos lo que los autores denominan como “efecto disimulador” y que surge en relación con la discriminación estadística, es decir, la perspectiva teórica que surge del efecto “U” en la movilización ocupacional de la población inmigrante, los datos que se analizan son los del modelo general (el groso del modelo) y por tanto se hace de manera agregada y se está produciendo, de esta manera, la ocultación de efectos particulares que se producen dentro de cada uno de los segmentos y cada una de las transiciones, como pueden ser, en el caso de la primera, la educación o el estatus del empleo, y en el caso de la segunda, las razones para migrar o la edad.

En definitiva, se observa que las características propuestas por el modelo de Chiswick sí funcionan a la hora de explicar la movilidad ocupacional de la población inmigrante, pero éstos deben ser trabajados con cautela, teniendo siempre en cuenta los diferentes aspectos segregadores del mercado laboral, si no se estará produciendo el “efecto disimulador” en el análisis.

Conclusiones

A modo de conclusión, se requiere rescatar, por un lado, el principal problema del modelo de Chiswick, donde encontramos un excesivo enfoque micro, produciendo de esta manera, problemas estadísticos en el análisis, como puede ser la ocultación de pautas segregacionales, la creación de nichos étnicos o la influencia de los diferentes pesos poblacionales en la agregación de resultados. Desde el enfoque de las teorías de la Segregación en su sentido estricto, podemos encontrar una gran influencia del contexto sociodemográfico y socioeconómico en la estructura del mercado laboral, produciendo que las teorías tengan una validez específicamente transversal y no longitudinal, como ocurre con la teoría de la curva “U”.

De esta manera, el enfoque que plantean Asya-Lastra y Cachón parece una efectiva solución, ya que, por un lado, utilizan la segmentación para centrar el análisis en población con unos aspectos específicos similares y que, de los cuales dependerán, por otro lado, el análisis de las características individuales del sujeto. Los resultados que se obtienen de la incorporación de ambas perspectivas en el mismo análisis añade complejidad, pero, sobre todo, calidad y mayor representatividad del proceso de la movilidad ocupacional de la población inmigrante.

Bibliografía

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