Pablo Picasso sentado en su silla Eero Saarinen Tulip.
“Los grandes artistas copian, los genios roban.”
Generar algo único, singular y espectacular a partir de algo robado requiere de una genialidad inmensa, y no lo digo yo, sino que ya lo decía el genio que tenemos sentado más arriba. Ninguna obra creativa es completamente original, sino que se trata de la acumulación de unas ideas que la preceden y emana de experiencias cotidianas tanto propias como ajenas. Con esto quiero decir que el camino no consiste en querer ser original exclusivamente con los conocimientos e ideas de uno mismo, sino que debemos basarnos en diferentes artistas, inspirarnos en sitios distintos y mezclarlo todo para formar nuestra propia obra.
Somos la generación más formada académicamente y acumulamos títulos universitarios como si de cromos se tratasen, pero irónicamente creo que vivimos inmersos en la cultura de la copia donde la creatividad es cada vez menos valorada en la escuela. Y así es como nos lo cuenta Ken Robinson en su charla TED Talks “Do schools kill creativity?“. Puesto que debemos educar a niños para un mundo que probablemente no conoceremos y bastante incierto, ¿por qué el sistema educativo trunca esas capacidades tan extraordinarias y diversas que presentan nuestros más pequeños?
Ken Robinson menciona durante su charla que el propósito de la educación pública es producir profesores universitarios puesto que se tiene la creencia errónea de que son las personas que salen adelante. Son considerados como lo máximo a lo que se puede aspirar. Lo mismo podría decir acerca de las profesiones de médico, ingeniero o abogado, que tan cotizadas están a día de hoy.
¿Os habéis parado a pensar en cúantos albañiles, fontaneros o electricistas habrá en veinte años? ¿En cuántos músicos, bailarines, trapecistas o pintores? ¿Profesores de latín y griego o de filosofía? ¿Y ganaderos?…A mí me aterra sólo de pensarlo.
Los títulos han dejado de tener valor, se educa para que los niños abandonen sus dotes creativos y la estructura de la educación se tambalea atrozmente. Como futuros docentes, estamos obligados a educar a seres completos para que se enfrenten a su futuro y nuestro trabajo es hacer que saquen el mayor rendimiento de todas y cada una de sus capacidades y sin embargo… ¿Qué estamos haciendo? ¿En qué momento la alfabetización y la creatividad han dejado de tener el mismo peso? Aunque quizás esta pregunta no sea la más apropiada y deba formular la siguiente: ¿ha tenido la creatividad algo de peso en el aula durante las últimas dos décadas? Vivimos en una especie de edad de las prohiciones de lo diferente y esa comprensión es sumamemente corrosiva. Debemos ser capaces de hacerlo mejor, dejar de estigmatizar errores y estar dispuestos a cometer más errores que aciertos porque solo así podremos crear algo verdaderamente extraordinario.
La creatividad implica interacción entre múltiples dimensiones y disciplinas y no puede ser abordada como un rasgo simple de los seres humanos. Todos somos creativos en mayor o menos medida y todos podemos desarrollar esta capacidad.
Te propongo algo…¿Por qué no damos rienda suelta a nuestra imaginación?
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