“La creatividad es tan importante en la educación como la alfabetización.
Alguien que no esté dispuesto a equivocarse, nunca tendrá una idea original“
Siguiendo con el tema de la creatividad de la anterior entrada, actualmente la escuela desarrolla y da más importancia a ciertas capacidades como son la científica y la lingüística. Pero, ¿y las habilidades relacionadas con la creatividad? ¿Por qué no prácticamos estas habilidades al mismo nivel que otras como lengua o matemáticas? Si hay algo a destacar respecto a este tema en nuestra sociedad, es que está en constante cambio, algo en lo que ha influido en gran medida el vertiginoso desarrollo de la tecnología.
Vivimos en la era de la revolución tecnológica, y ni siquiera sabemos qué trabajos seguirán existiendo en un futuro, qué trabajos surgirán o cómo cambiarán los que existen actualmente, pero la educación, al menos hasta hace unos años, seguía impasible ante estos cambios. Sin embargo, en los últimos años, las escuelas han empezado a ser conscientes de la importancia que tiene innovar, de la incorporación de las TICs y del desarrollo de la creatividad (no tanto de la importancia de asignaturas artísticas). Los profesores pueden y deben ayudar a los alumnos a desarrollar la creatividad, puesto que es la habilidad a la que tendrán que recurrir para desenvolverse en un futuro plagado de cambio y necesidad de adaptación.
Es muy fácil hablar de creatividad y que se debe fomentar pero, ¿cómo se hace esto en el aula? La respuesta es que no es fácil. Pero acciones tan simples como plantear problemas abiertos, en los que no haya una única solución correcta o problemas que se salgan de los casos habituales pueden ayudar a fomentar la creatividad.
Como ejemplos, en la sesión de hoy se nos planteó un problema con la premisa de buscar “algo que nos pareciese extraño”:
En este caso, el dato de la velocidad junto al título del artículo resulta extraño. Si el paracaidista cae en caída libre, ¿por qué la velocidad es constante? ¿No se supone que es un movimiento rectilíneo uniformemente acelerado? La respuesta está en las fuerzas que intervienen. En caída libre, el paracaidista experimenta una fuerza hacia abajo debido a su peso. Sin embargo, también experimenta una fuerza de rozamiento en sentido opuesto. En los fluidos, esta fuerza de rozamiento es función de la velocidad, lo que significa que el paracaidista alcanzará una velocidad para la cual, el rozamiento es tan alto, que se igualan las fuerzas y deja de haber aceleración. En ese momento, se alcanza la velocidad límite y el paracaidista pasa a experimentar un movimiento rectilíneo uniforme.
Es curioso porque, si nos hubiésemos empeñado en buscar la solución matemática, habríamos llegado a la conclusión de que no puede alcanzar esa velocidad constante. Este es un buen ejemplo de la necesidad de ser creativos para buscar respuestas que difieren de lo habitual.
Además, hay otros ejemplos sencillos que pueden ayudar a los alumnos a comprender conceptos físicos y de una manera práctica puesto que ellos mismos pueden realizar las experiencias. Por ejemplo, ¿cómo se puede levantar, sin tocarla, una pelota que se encuentra sobre la mesa, con un tarro de cristal sobre ella? La respuesta es sencilla, aplicando la fuerza centrífuga al agitar el tarro describiendo círculos. Esto hace que la pelota se desplace en círculos por las paredes del tarro, empujando la pelota hacia arriba…¡siempre y cuando no dejemos de agitar en círculos el tarro!
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