¿Quién no ha intentado, al menos alguna vez, resolver esos acertijos que se hacen tan populares en las redes sociales?
Esta es una de las ideas que hemos tratado en la sesión de hoy. A todos nos atrae más y vemos más asequible un problema cuando se nos cuela de repente en la pantalla. Nos pica la curiosidad y se nos pasa por la mente que “si esto está en una red social, es que tan difícil no puede ser”. Aunque es cierto que, en muchos casos, cuando te dispones a sacar un papel para resolve rel acertijo, te desmotivas un poco.
A continuación os dejo una imagen con un ejemplo de un sencillo reto:
Podéis encontrar muchos más retos de este tipo a través de las redes sociales creadas desde la USAL para moticar a los estudiantes de cara a la Olimpiada de Física, pero ¡también se pueden emplear para practicar los contenidos de clase!
Twitter: @OlympyFisUsal // Instagram: @olimpiadafisica
Termómetro de Galileo
Y, por si fuera poco y quieres aún más retos, nuestra profesora nos ha dejado el enlace a “100 RETOS Y DESAFÍOS DE FÍSICA“, publicado por Ediciones Universidad de Salamanca y que está disponible onine de forma gratuita.
Por otra parte, en la segunda parte de la sesión de hoy…¡más experimentos! Parece que nos hemos enganchado a ellos, ¿verdad? Pues, después de esto, yo me pregunto por qué entonces nuestros futuros alumnos no querrían hacer lo mismo. A todos nos gusta ver la teoría hecha realidad, y de manera muy sencilla, sin necesidad siquiera de ir a un laboratorio. Hoy hemos hecho numerosas experiencias relacionadas con fluidos, todas ellas con material que todos podemos tener en casa, o que se puede encontrar en cualquier supermercado. Pero, lo que más me ha llamado la atención es el termómetro de Galileo. Parece algo sencillo, pero su funcionamiento es pura física. Se basa en el principio de Arquímedes y la relación del empuje con la densidad.
Al aumentar la temperatura, en condiciones de presión constante, la densidad disminuye, lo que hace que el empuje ejercido por el fluido sea menor y las bolas del cristal en su interior bajen. De cada bola cuelga una “medalla” en la que está inscrita la temperatura. Estas bolas van bajando en orden creciente de temperatura. Por tanto, en un espacio muy frío, todas permanecerían arriba, mientras que en uno muy caluroso, todas permanecerían en el fondo.
La única pega, si es que lo es realmente, es que estos termómetros están calibrados para un rango bastante pequeño de temperatura, pero el simple hecho de poder observar la subida y bajada de las bolas con la temperatura demuestra la belleza que hay también en las ciencias.
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