En la actualidad, si se pregunta a los docentes cuál es uno de las principales problemas que detectan en las aulas, la respuesta en mucho caso es la incapacidad de mantener la atención de sus alumnos debido a una falta de motivación. Esta motivación es un factor fundantal en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, si bien es cierto que el concepto de obligatoriedad que los alumnos detectan en todo lo que rodea a la escuela acaba mellando esta motivación, siempre es posible recuperarla.
La motivación de los alumnos de manera individual y grupal, está vinculada a otros factores, como los elogios, la competencia con uno mismo, la consecución de metas, la valoración de los triunfos y del esfuerzo, la acción y participación y la no imposición de tareas, entre otras. Pero, además, hay algo que es fundamental para motivar a los alumnos…se trata de la variedad, la sorpresa y lo novedoso. Una de las maneras de sorprender a los alumnos es enseñar la materia mediante juegos o juguetes para hacer el aprendizaje divertido.
Un ejemplo de cómo hacer algo divertido puede motivar y cambiar nuestro comportamiento es este vídeo sobre una experiencia realizada en la ciudad de Estocolmo. En él se ve cómo cambiando un contenedor de reciclaje de vidrio normal y corriente, por uno que consiste en un contenedor de reciclaje con un juego de tipo arcade se consigue que lo utilicen 100 personas durante una sola tarde, frente a las 2 personas que utilizaron un contenedor normal cercano en ese mismo período.
Además, ¿por qué quedarnos en enseñar física y química de esta manera únicamente a los niños o adolescentes?. A los adultos también les sorprenderán estos mismos fenómenos.
Niels Bohr (derecha) y Wolfgang Pauli izquierda) observando el funcionamiento del tippe top. Fotografía de Erik Gustafson.
Uno de los juguetes vistos en la sesión de hoy ha sido el Rattleback o peonza celta. Como se puede apreciar en el vídeo, cuando se hace rotar la peonza en un sentido, llega un momento en que se para, pudiendo apreciar un ligero “traqueteo”, se vuelve a parar y comienza a girar en el sentido opuesto. ¿Acaso tienen estas peonzas voluntad propia…? No, la respuesta a esta incógnita es la física.
Peonza celta o Rattleback
De forma simplificada, lo que ocurre es que al girar ésta en sentido “desfavorable”, debido a que la distribución de masa es asimétrica, van a generarse oscilaciones inestable en el eje Y. Estas oscilaciones irán creciendo, alimentándose de la energía cinética y, cuando toda esta energía cinética ha sido consumida, la peonza se detiene y buscará la estabilidad. De esta manera se producirá un “efecto rebote”. Es decir, la energía de las oscilaciones inestables en el eje Y, se transforma en energía cinética de rotación, provocando el giro de la peonza en el sentido “favorable”.
Existen numerosos juegos y experiencias sencillas que permiten explicar fácilmente fenómenos físicos y químicos sin la necesidad de materiales costosos, por ejemplo, sólo con unos globos o unas latas vacías.
Por lo tanto, está en manos de los docentes hacer que, con pequeños gestos, el proceso de enseñanza-aprendizaje sea algo divertido, motivador y efectivo.
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