¿Por qué los perros persiguen a los gatos? (y no al revés)

Pocas imágenes son tan famosas como la de un perro corriendo detrás de un gato, siempre es igual, el perro persiguiendo al gato y el gato corriendo despavorido intentando escapar. Esto ocurre independientemente de la raza, muchos de nosotros hemos visto a gatos robustos huir de perros pequeños como un Yorkshire terrier o un westy detrás de un felino más fuerte y poderoso que ellos.

¿Por qué ocurre esto?, la realidad es que un gato podría zanjar el tema con un simple zarpazo certero en el hocico o en un ojo del perro, entonces ¿a qué se deben estos roles?

La respuesta, como casi siempre, está en los genes y en la evolución, el perro desciende del lobo gris, se trata de una evolución a los largo de miles de años y el gato es una evolución de grandes felinos como el leopardo.

Aunque el tema que nos ocupa es más complejo que esto, ya que podéis estar pensado que un leopardo, al igual que un lobo, es un depredador carnívoro y un animal territorial. El hecho de que lo perros desciendan del lobo y los gatos del leopardo, no nos aclara nada la pregunta que nos ocupa hoy, ya que un leopardo en un cara a cara mataría a un perro fácilmente.

La diferencia es que los lobos atacan en manadas y viven en sociedades complejas y el leopardo es un felino solitario, sólo forma sociedades esporádicas para el apareamiento y la cría de la prole, el resto del tiempo vive sólo, los leones son los únicos felinos que actúan en manada, de ahí su éxito.

Bueno, ya sabemos que la respuesta a por qué el gato es el perseguido y el perro es el perseguidor, es que unos actúan en manada y otros en solitario, pero de nuevo tenemos que ir un poco más allá: cuando un depredador ataca en manada, no solo se beneficia del ataque en grupo con las ventajas que ello conlleva, sino que también es consciente de que si resulta herido en una cacería el grupo cuidará de él, sin embargo, el gato o el leopardo, al actuar en solitario, son conscientes de que resultar heridos en una confrontación podría acarrear su muerte. Esta es la respuesta por la que los lobos ven una buena estrategia en el ataque y el leopardo ve en la huida la mejor solución.

Después de miles de años, tanto los gatos como los perros han heredado estos comportamientos, esta es la razón por la que un gato fuerte y robusto sale despavorido cuando un chihuahua le divisa y sale en su búsqueda.

Las personas que tenemos perro, a menudo nos sorprendemos por la capacidad que tienen para entendernos. Aunque sabemos que hay razas muy inteligentes que otras, desde un Shar Pei a un Mastín Español ¿Es cierto que los perros pueden saber lo que pensamos? ¿Cómo consigue nuestro pug aprender pedirnos comida o por qué nuestro chihuahua toy se porta mal cuando no estamos pendiente de él?

Por las conclusiones extraídas en la Universidad de Florida por el equipo de la Doctora Monique Udell, la manera en la que nuestras mascotas reaccionan a la cantidad de atención que les prestamos, nos aclara bastante la forma que ellos tienen de entender el comportamiento de los seres humanos.

Últimamente algunos estudios han encontrado muchas similitudes entre los comportamientos sociales de los perros domésticos y los de las personas. como por ejemplo la habilidad de los perros para comprender el lenguaje corporal de las personas de su entorno, las ordenes verbales, y a los estados de atención.Pero ¿cómo se produce esta situación? ¿cómo lo consiguen? ¿observan nuestro comportamiento y después actúan en consecuencia? o por el contrario es la experiencia la que les proporciona ese conocimiento para responder al entorno que les rodea?

Para contestar a estas preguntas, el equipo de la Doctora Udell realizaron cuidadosamente dos experimentos para contrastar cómo actúan los perros domésticos, los perros de pastor y lobos, brindándoles la opción de pedir alimento, ya fuese a una persona que les estaba prestando atención o a otra a la que ellos no podía ver. El resultado fue que los lobos se atrevieron a pedir el alimento a personas que les estaba prestando atención, lo que corrobora que tanto los perros domésticos como los lobos pueden tener un comportamiento u otro dependiendo del nivel de atención que les presten los seres humanos. También hay que reseñar la capacidad que tuvieron los animales para mejorar este comportamiento en beneficio propio.

Por otro lado, también se llego a la conclusión de que los perros que están acostumbrados a un entorno doméstico, lógicamente, son más sensibles y predicen mejor los comportamientos humanos que los perros de pastor o de trabajo. El comportamiento de los perros depende mucho de la capacidad que tengan para aceptar a las personas como compañeros sociales, además de una combinación para comprender los movimientos y los actos de los seres humanos para recibir la confirmación necesaria