Apuntes sobre la alimentación

19/02/15, 19:37

Pescados:

Existen perros ictiófagos, es decir, que se alimentan principal o exclusivamente de pescado. Son, en general, todos los perros del Gran Norte, y los chow-chow. De hecho, algunas marcas tienen entre sus referencias pienso para perros hecho a base de pescados como el salmón.En general, el pescado es menos rico que la carne, pero contiene yodo y gran cantidad de proteínas. Es conveniente para los cachorros, con tal de que no constituya la base de su alimentación, pues el pescado es insuficiente para la osificación del esqueleto. Nunca debe darse crudo, pues contiene una antivitamina B, y deben quitársele cuidadosamente todas las espinas, a menudo peligrosas. Los hígados de pescado son muy ricos en vitamina A y D. La harina de pescado, generalmente poco utilizada debido a su olor, es un alimento exquisito para el perro. Recordemos que los peces de agua dulce, en especial de lago, dados crudos, pueden transmitir un virus intestinal anillado, que recuerda la solitaria. Este virus, el botriocéfalo, puede producir trastornos generales graves, acompañados de anemia.

 

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Leche:

Además de aportar prótidos, glúcidos, vitaminas y fósforo, la leche constituye una excelente fuente de calcio. En algunos perros colícticos que degradan mal la lactosa, puede provocar diarreas y en ese caso hay que suprimirla de la alimentación. La leche de oveja tiene una composición mucho más rica que la de vaca y, aunque su elevado precio la aparta de la alimentación del adulto, puede ser un complemento muy recomendable para los cachorros. Las leches en polvo que se encuentran en el comercio, contienen proteínas, sales minerales y principios energéticos equivalentes a los de la leche de la perra y a menudo son preferibles a la leche de vaca. Las leches destinadas a los cachorros antes o después del destete, deben enriquecerse con una yema de huevo por cuarto de litro.

Quesos:

Cocidos o fermentados deberán darse como golosinas al perro que trabaja. Como son extremadamente ricos en calorías, hay que negárselos a los animales sedentarios, ya que se corre el peligro de que acumulen grasas.

Huevos: Constituyen uno de los alimentos más ricos (principalmente los huevos de gallina) y el perro los asimila con facilidad. La yema puede dárseles cruda o cocida una o dos veces por semana, pero la clara debe cocerse antes de incorporarse a la alimentación, pues contiene una antivitamina que destruye o hace ineficaces parte de las vitaminas del resto de la alimentación.

Huesos. ¿Permitidos o prohibidos? Todos los veterinarios con cierta práctica en cirugía conocen la solidez de la pared de las vísceras de un perro: las perforaciones intestinales debidas a un hueso, de conejo, de buey o de cordero, son inexistentes. Aún así en las tiendas on line como paraperrostienda.com se pueden comprar diferentes tipos de huesos para perros, aunque estos son más una  golosina que un hueso propiamente dicho.

Entonces, la mala prensa del hueso perforador es un tanto exagerada. Puede suceder que las esquirlas provoquen arañazos en las primeras vías digestivas: boca, faringe y esófago, que ciertos huesos bloqueen el gaznate, pero una vez en el estómago el peligro es menor: todo el mundo conoce el experimento del hueso introducido en el ácido clorhídrico, que se vuelve laxo y flexible. Es exactamente lo que ocurre en el estómago del perro. No hay que olvidar que los perros salvajes devoraban la caza, incluidos los huesos.

 

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Sin embargo, su perro podría resultar perjudicado si comiera demasiada cantidad de huesos o deglutiera un hueso voluminoso, pues aun atacado por el jugo gástrico, podría ocasionar oclusiones. Y el caso puede darse. En algunos animales de mala digestión, los huesos, mal atacados por los jugos digestivos, pueden también provocar descomposiciones graves. Pero debemos subrayar que nada justifica el nerviosismo (frecuente) del amo del perro que se ha tragado un hueso.

En el perro joven, un gran hueso de ternera tierna aporta, además de los elementos nutritivos (azufre, calcio, fósforo), un lenitivo al nerviosismo que le hace roer intempestivamente los objetos más diversos. Para el adulto, los huesos, un omóplato o cabezas articulares de huesos de pollo, son como una golosina recomendada y apreciada. Sin embargo, no hay que perder de vista que si los huesos son complementos necesarios de la ración, en ningún caso pueden constituir comida suficiente.

 

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El lugar del perro en el hogar

13/02/15, 16:09

Pueden presentarse dos casos: el perro que llega a su casa es un bebé, recién destetado, o un perro adulto, que tiene ya sus costumbres. En el segundo caso, debe informarse sobre su manera de vivir para tratar de acomodarse a ella al máximo. En el primer caso, usted parte de cero y es preciso que parta bien. Un cachorro, un bebé de perro tiene algo de bebé de hombre. Su educación se realizará, o al menos se iniciará, desde los primeros días bajo su techo. Por lo tanto, lo primero que habrá de preparar es un «rincón» adecuado para su nuevo «inquilino», en el cual dormirá y que será suyo para siempre.

También es muy importante prever un emplazamiento en la habitación donde usted y los suyos acostumbran a reunirse, pues no debe olvidar que la condición esencial para la felicidad de un perro es la compañía y que la preferirá al confort de su cama.

Si su perro duerme en el interior

El «rincón del perro» debe estar al abrigo de las corrientes de aire, por lo tanto, lejos de las puertas, de las ventanas y de los orificios de ventilación a nivel del suelo, no demasiado lejos de nuestro oído, y ser fácil de mantener y cómodo. Según su tamaño, colóquelo en un cesto de mimbre del tipo de cesto de gato, o en una caja de madera. Actualmente existen en los comercios toda dase de nichos para apartamentos e incluso auténticas camas para contribuir al confort del perro. Si carece de medios, dote al menos al cesto o caja elegidos de un colchón elástico o de cojines de espuma forrados de tela plastifica-da. Una solución económica e higiénica consiste en confeccionar un colchón con un saco lleno de viruta de abeto rojo (picea): esta materia barata tiene la ventaja de poder renovarse a menudo. Los trapos, mantas y cojines deben sacudirse a diario y desinfectarse al menos una vez al mes.

Como los perros, sobre todo los jóvenes, tienen en general la molesta manía de mordisquear y despedazar todo objeto no previsto para este fin, debe uno prevenirse dejando al perro un hueso de caucho, una pelota o un verdadero hueso con los que pueda fortificar los dientes sin que peligre su cesto o su manta.

No olvide, en fin, dejar permanentemente a disposición de su perro una escudilla de agua fresca que debe renovarse a menudo.

Es muy importante dar siempre al perro una sensación de continuidad: el mismo rincón para dormir, la misma escudilla para comer, la misma manta o el mismo cojín para echarse. Tan cierto es esto, que se recomienda que, al llevar de vacaciones al perro, se lleve también la manta: al encontrarse de nuevo con ella, sentirá una sensación agradable; la decoración de su nueva morada habrá cambiado, pero eso carecerá de importancia, pues se encontrará en su casa al mismo tiempo que en la de usted.

Si su perro duerme en el exterior

Antes, no hace mucho tiempo, la mayoría de los países de Europa occidental, salvo Gran Bretaña, albergaban muchos lobos. Estos, hasta principios de este siglo, infestaban aún los campos, atacaban a menudo a los perros y los devoraban. No era raro encontrar partida la cadena, clavada al muro de la granja y sin rastro del pobre perro, estrangulado y robado en plena noche y en el mayor silencio. En nuestros días el problema del alojamiento de los perros en el campo no depende ya del paso de estas fieras. Salvo por los cebos envenenados, diseminados imprudentemente para destruir pretendidos animales nocivos, los perros apenas tienen peligro aunque duerman fuera y paseen libremente por los campos de los alrededores.

Pero si el guardián de corderos duerme a cielo raso, delante de la granja o el redil, si el perro de granja duerme en el establo o se hace un nido cerca de los caballos, en el heno de la caballeriza, es en su nicho donde se encuentra en realidad en su casa. Rústico o lujoso, el nicho es desde siempre la mansión del perro.

Este debe concebirse en función del tamaño del animal, es decir, debe sobrepasarle en un tercio, tanto en altura como en anchura. Se coloca preferentemente en un sitio cubierto, lo que evitará que el perro pasee bajo la lluvia. Nunca debe estar en contacto con el suelo, sino ligeramente elevado para evitar la humedad (hay que dejar un espacio de 10 a 20 cm entre el fondo y el suelo). Gracias a esta disposición, se mantendrá confortable durante todo el año, tanto si el sol calienta abrasadoramente como si hiela. Para el invierno puede clavar ante la puerta del nicho una tela de yute o una manta que protegerán el interior del viento y del frío. Compruebe que techo y paredes sean perfectamente estancos (usted mismo puede aislar las paredes con revestimientos especiales) y prevea un suelo con claraboya delante del nicho para que su perro pueda descansar al aire libre sin tener que acostarse en un suelo húmedo.

Su orientación. Como el nicho está destinado a preservar al perro de los grandes fríos, su orientación es muy importante. Ya esté situado en un cercado, en una perrera o en un jardín, cuide de que esté por completo al abrigo del aire. Elija un emplazamiento en terreno seco, al este o al sur, teniendo en cuenta las horas de sol y los vientos dominantes. En verano, coloque el nicho a la sombra, bajo un árbol, aunque debe evitar colocarlo bajo un castaño, cuya sombra se cree malsana para el perro, sin que jamás se haya sabido explicar por qué.

Materiales. Para la construcción pueden utilizarse diversos materiales. El más corriente es la madera. Pero usted acaso prefiera a los nichos de madera los de cemento hormigón o ladrillo con revestimiento interior: presentan la ventaja de poder desinfectarse con facilidad y, por lo tanto, más a menudo. Sin embargo, el suelo deberá ser siempre de madera, menos fría que el cemento. Las mejores maderas son las resinosas: pino, cedro, abeto, picea, cuyo olor aleja a los parásitos.

Para los países muy fríos existen nichos de doble pared con perfecto aislamiento térmico de corcho o de fibra de vidrio.

Cama. Debe evitarse guarnecer la cama con ropas viejas, que son verdaderos nidos de parásitos. Evite también la paja que, aunque sana y cálida, puede irritar la piel del perro. Las virutas de madera, las fibras resinosas, cuyo olor impregna agradablemente al perro y aleja los parásitos, presentan, sin embargo, el inconveniente de aglomerarse y mancharse con gran rapidez, por lo cual no queda más remedio que efectuar frecuentes cambios de cama.

La solución más práctica consiste en dotar al nicho con viejos periódicos durante el verano, con cojines y mantas fáciles de lavar durante el invierno.

Mantenimiento. Si la cama está formada por cojines y lanas, hay que airearlos y cepillarlos varias veces a la semana y lavarlos regularmente (una vez cada diez días). Las camas de virutas y serrín deben cambiarse en cuanto estén húmedas o manchadas.

Una vez al mes deben combatirse los parásitos y gusanos pulverizando el interior del nicho con insecticidas y cepillando enérgicamente el suelo con agua con lejía o cresilo. En fin, cada dos meses se efectuará una desinfección completa del nicho con una solución de cresilo al 2 %. No es necesario, ni siquiera conveniente, llegar a utilizar sosa cáustica salvo en caso de peligro real de infección, pues, a la larga, tiene efectos nefastos sobre la salud del perro.

Necesidades alimenticias del perro

12/02/15, 15:05

Todos damos por hecho que cuando compramos un buen pienso del tipo Pienso Orijen o Royal Canin, nuestro perro va a estar bien alimentado, de hecho así suele ser, pero la realidad es que no sabemos leer bien los ingredientes que la marca nos proporciona, en este artículo intentaremos ver todas las sustancias necesarias para el correcto metabolismo de un perro, además, aquí os dejamos un enlace a una interesante guía del blog perrosysusrazas.com en el que nos podemos informar de las mejores marcas del mercado: pienso para perros.

Se miden en peso y calorías. Varían según el período de la vida del animal (crecimiento, mantenimiento, gestación, lactancia), según el tamaño del perro y curiosamente también, a igual peso, según la raza. Las necesidades alimenticias varían según el trabajo exigido al animal, pues, lógicamente, un perro de pastor necesita mayor alimentación que el guardián de una casa.

La aportación de energía debida a las calorías es importante, pues si no se respeta con la aportación de ciertos elementos, entraña el empleo de otros que ya no realizan sus funciones esenciales.

NECESIDADES CUALITATIVAS:

Indispensables también para el progresivo crecimiento del animal y para su mantenimiento, comprenden:

Proteínas. En la síntesis de las proteínas entran veintidós aminoácidos. Algunos pueden ser elaborados en el intestino del perro, pero diez de ellos los debe aportar la alimentación. Los aminoácidos indispensables son: arginina, histidina, leucina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano, valina.

Las proteínas que contienen estos aminoácidos son las llamadas completas. Estas proteínas completas se encuentran principalmente en los huevos, la carne, la soja y la leche. Claro que también es posible preparar alimentos completos con fuentes de proteínas incompletas que se compensen unas con otras.

Las necesidades proteínicas son más elevadas durante el crecimiento: un joven lactante necesita 5 g por kilogramo de peso vivo, mientras que sus necesidades pasan a 1,4 g a las doce semanas. Se calcula aproximadamente en un 20 °0 la cantidad de proteínas necesaria para equilibrar una ración. Cuanta mayor calidad tenga la proteína, mejor se la asimila. En una ración normal se utilizan al completo del 70 al 80 % de las proteínas. La desnutrición de un perro procede de un mal equilibrio entre los productos calóricos y los productos proteínicos. Si hay deficiencia en calorías, las proteínas dejan de dedicarse a su actividad principal de construir el cuerpo para dar

La energía calórica necesaria para su mantenimiento.

Hidratos de carbono. Compuestos de oxígeno, hidrógeno y carbono, sirven, sobre todo, como proveedores de calorías. Se encuentran principalmente en los azúcares, almidones y féculas y se les utiliza normalmente en forma de harinas en los alimentos preparados. Por su riqueza en calorías, los hidratos de carbono tomados en exceso representan un peligro para animales faltos de ejercicio y son a veces responsables de casos de obesidad, bastante frecuentes en los perros de ciudad. Estos hidratos de carbono se incorporan al régimen alimenticio del animal a razón de 50 a 60 % aproximadamente.

No debe olvidarse la celulosa que facilita la digestión y evita las diarreas frecuentes en los animales sedentarios. No olvidemos, en fin, que el exceso de lactosa actúa de forma diferente a la de los demás azúcares sobre el tracto digestivo del perro y puede provocarle trastornos intestinales (diarreas).

Grasas. Son indispensables para el desarrollo de un hermoso pelaje y de una piel flexible y sana. Representan también una aportación concentrada de calorías y son abundantes en las carnes grasas.

En el caso de alimentos preparados (botes de alimentación en seco) la proporción de grasas debe ser particularmente adecuada pues la presencia de ácidos grasos no saturados (aceite de hígado de bacalao, aceite de soja) entraña una oxidación y la destrucción de las vitaminas A y E. Como ocurre con los hidratos de carbono, el exceso de grasa produce obesidad y también puede causar trastornos cardiovasculares.

Se considera que para el crecimiento y mantenimiento bastan raciones que contengan de 5 a 12 % de grasas. Señalemos, sin embargo, que, experimentalmente, se ha alimentado a animales con composiciones de hasta un 40 % de grasa sin que se hayan presentado trastornos especiales. Ello ha sido posible a condición, evidentemente, de equilibrar el régimen en proteínas y, sobre todo, en hidratos de carbono.

Sustancias minerales. Son de importancia vital para el perro y agrupan los elementos siguientes: cobre, potasio, magnesio, sodio, cloro, yodo, cobalto, zinc y manganeso.

La relación fósforo calcio debe ser de 1,2:1, es decir, que una ración con 1 % de calcio y 0,8 °0 de fósforo será suficiente para asegurar el crecimiento y la manutención. Esta es la ración establecida para el crecimiento de los jóvenes. Puede parecer excesiva para un adulto, pero no le acarreará ningún trastorno. El hierro y el cobre son esenciales como agentes antianémicos: hierro, 1,2 mg por kilogramo de peso vivo, cobre 0,15 mg. En general, los elementos que componen las raciones contienen los minerales suficientes para garantizar la buena salud del animal por lo que no es necesario añadirles nada.

Vitaminas. Su papel es bien conocido y se las considera cada vez más importantes. Algunas deben estar pesentes en la alimentación, otras, como la vitamina K y la vitamina C, son sintetizadas normalmente por la flora intestinal y su aportación a la alimentación sólo es necesaria en casos de trastornos generales, como, por ejemplo, cuando se produzcan hemorragias, heridas, enfermedades infecciosas.

Subrayemos también la importancia de las antivitaminas que pueden hacer peligrar una alimentación bien equilibrada. Estas sustancias pueden destruir las vitaminas, como la enzima encontrada en el pescado crudo que destruye la vitamina B] o inhibir químicamente la vitamina haciéndola inasimilable (por ejemplo, la avidina de la clara de huevo crudo).

VALORACIÓN SANITARIA EN EL MOMENTO DE LA ADQUISICIÓN

5/02/15, 16:43

Cuando el intestino, el hígado o el páncreas sufren alguna disfunción, uno de los síntomas más clásicos es la diarrea, caracterizada por una variación de la consistencia de las heces, que pueden ser pastosas, blandas, acuosas, con restos de comida sin digerir, sustancias extrañas, lombrices, etc.

En el momento de adquirir un cachorro hay que prestar atención al aspecto de las heces. También es posible encontrar en las heces sustancias anómalas, que normalmente no deberían aparecer. Entre ellas citaremos: huesos, piedras, tierra, cuerdecitas, objetos metálicos, trozos de madera, sangre, parásitos, catarro. La mayor parte indica un apetito «perverso» del animal, que, falto de sales minerales, vitaminas y otros principios nutritivos esenciales, intenta compensar esa carencia ingiriendo todo lo que encuentra a su alrededor.

LA NUTRICIÓN

Desde el destete, primero la madre y luego el criador o el propietario de la camada, se han ocupado de la alimentación del animal. Ahora todo pasa por nuestras manos, en un momento crucial para el desarrollo corporal, esquelético y muscular del cachorrillo. La nutrición del animal es por tanto un problema delicado y de fundamental importancia. Existen multitud de opciones en la actualidad, se puede comprar pienso a domicilio de diversos tipos como pienso acana o pienso orijen Por esa razón es útil, antes de hablar de los diversos tipos de alimentos, cantidades, número de comidas, etc., examinar brevemente los principios nutritivos que los componen. Algunas de estas consideraciones resultan válidas y aplicables a cualquier edad. Otros conceptos, por sencillez descriptiva, se anticipan o mencionan en este aparta- do y en los sucesivos. Distinguiremos 5 grupos diferentes de principios nutritivos: mAgua. El cuerpo, como la mayor parte de los alimentos húmedos, está compuesto principalmente de agua. Esta es indispensable para la vida, hasta el punto que un animal sin comida puede vivir más de 30 días, pero sin agua, o deshidratado, muere en poquísimo tiempo. Para evitar riesgos inútiles, debemos poner a disposición de nuestros animales, incluso de los gatos, que habitualmente beben poquísimo, agua «a voluntad».

■ Carbohidratos. Los carbohidratos, o azúcares, constituyen la fuente calórica más inmediata obtenible de un alimento y la base orgánica para la termorregulación y para todas las actividades energéticas. Sin estas sustancias el animal se cansa con facilidad, adelgaza y puede sufrir desfallecimientos y pequeños colapsos.

■ Proteínas. Las proteínas son moléculas nobles presentes especialmente en los músculos, en diversos tejidos, en las hormonas y enzimas. Sin ellas el animal joven no puede crecer de manera adecuada ni desarrollar bien los músculos.

■ Grasas. Las grasas constituyen un material de reserva disponible en los momentos de ayuno, frío intenso, necesidades metabólicas superiores a lo normal (embarazo, lactancia, estrés, enfermedad, fiebre, etcétera.)

■ Minerales y vitaminas. Estos componentes se encuentran en pequeñas cantidades en todos los organismos, animales y vegetales, así como en los alimentos. El esqueleto es una de las zonas más típicas de acumulación

Consideraciones generales.

Todas estas sustancias, cada una en su justa proporción, deben formar parte de la dieta a fin de que el organismo, sobre todo durante el cre- cimiento, tenga cubiertas sus necesidades principales. Si el alimento carece de uno de estos componentes, intervienen entonces una serie de mecanismos bioquímicos que tienden a transformar o recuperar de alguna manera las sustancias necesarias. Sin embargo, sólo se pueden producir algunos intercambios: las proteínas se transforman en azúcares: estos en grasas; las grasas en azúcares. Ningún otro intercambio es posible.

Por lo tanto, una carencia de proteínas, minerales o vitaminas no puede ser compensada de ningún modo. El exceso de proteínas, si no se utiliza, se transforma en azúcar y luego en grasas. Lo mismo sucede si el ani- mal ingiere demasiados azúcares o grasas. El exceso conduce sólo a una acumulación de grasas.

Un exceso de sustancias nutritivas hace casi siempre engordar. Los alimentos que damos habitualmente a nuestros animales están bastante bien equilibrados, sobre todo los preparados: secos, húmedos o semihúmedos de marcas comerciales. Por desgracia tendemos a excedernos en las cantidades, por lo que es frecuente encontrar animales gordos o incluso obesos.

Tipos de alimentos.

Distinguimos dos posibles preparaciones: casera e industrial. En el primer caso, más tradicional y aún hoy muy extendido, la comida se suele preparar con ingredientes utilizados por la familia. No siempre es posible garantizar las necesidades proteicas y minerales que necesita el animal; cambiando de ingredientes todos los días se crean a menudo dificultades digestivas. Una dieta tipo para un perro joven, en crecimiento, debe contener algunos ingredientes fundamentales, en parte como fuente de proteínas, en parte de carbohidratos.

El gato, mucho más carnívoro que el perro, necesita que al menos 1/2 ó 3/4 de la cantidad total esté formada por carne o alimentos altamente proteicos. A ser posible deberíamos acostumbrarlo a comer carne hervida o al vapor. El pescado hay que dárselo siempre hervido, jamás crudo; la casquería (corazón, pulmón, bazo) le gusta mucho, pero no tiene todas las sustancias que necesita el gato; no hay que emplearla como único ali- mento. El hígado, suministrado con demasiada frecuencia (más de 1 vez a la semana), puede producir una hipervitaminosis A responsable de graves e irreversibles alteraciones óseas. La leche, si la digiere, es útil y bien recibida; lo mismo puede decirse del queso, los huevos cocidos, el arroz y la pasta.

La alimentación de tipo industrial ha alcanzado en estos últimos años una notable difusión, tanto por la comodidad de uso como por la elevada calidad de ciertos productos. Podemos distinguir tres tipos diferentes de alimentos envasados: húmedos, la clásica lata; semihúmedos, inter- medios entre los dos; secos: croquetas, galletas, etc. Se trata de alimentos especialmente preparados para el perro o el gato, y en muchos casos específicos para el cachorro en crecimiento, el adulto, el anciano; por no hablar, por el momento, de los dietéticos, estudiados científicamente para determinadas patologías. Todos ellos exponen en el envase las indicaciones, las cantidades, las modalidades de uso. No conviene añadirles más de un 10 por ciento de alimentos caseros a fin de no desequilibrar la proporción nutritiva. Se pueden aconsejar con toda tranquilidad. En el perro joven en crecimiento utilizaría los alimentos preparados especialmente para ese período, sobre todo cuando se trata de alimentar a perros de talla grande o gigante con necesidades especiales. Otro aspecto interesante es la capacidad de un alimento para gustar, o sea la «palatibilidad». Todos sabemos que, ante dos comidas exactamente idénticas desde el punto de vista nutritivo, pero distintas en cuanto al aspecto, color, olor y sabor, nuestro comportamiento varía. Es muy difícil que sin tener ningún motivo escojamos el que parece peor. Lo mismo les pasa a nuestros amigos animales, sobre todo en lo que se refiere a la temperatura y el olor de la comida. Muchos gatos olisquean largamente su plato lleno antes de empezar a comer.

Una última consideración práctica concierne a la costumbre a un determinado alimento, sabor o ingrediente, muy típica en los gatos.

Cuanto más acostumbrado esté un animal a un solo tipo de alimento, ingrediente o marca industrial, más difícil resultará alejarlo de esa preferencia. Al principio todos los animales agradecen el cambio, la novedad. Al poco tiempo, sin embargo, el interés por el nuevo alimento disminuye o desaparece. No quiero decir que debamos variar continuamente la comida, para no crear esa dependencia: por el contrario, la misma constancia ayuda al aparato digestivo a funcionar mejor. Puede suceder que determinados problemas de salud, diabetes, obesidad, etc., la comodidad de aprovisionamiento u otros motivos nos lleven a introducir un cambio en la dieta. Poco a poco añadiremos el nuevo alimento al viejo, que iremos reduciendo hasta su completa sustitución.