La incansable lucha por la justicia democrática, recordando a Chato Galante

6/04/20, 14:45

La aplicación de la justicia democrática sobre los crímenes y abusos acontecidos durante la guerra civil española y el franquismo lleva postergándose durante décadas de nuestra historia. Es nuestra misión conocer nuestra propia historia y preservar la memoria de sus víctimas para no volver a repetirla. Por ello, esta entrada está dedicada a visibilizar esos crímenes y a las personas que les han dado voz.

Muchas familias han tenido que esperar durante más de ochenta años para que su caso sea escuchado, gracias a la denominada querella argentina. En marzo de 2020 se ha sumado una denuncia colectiva más, acumulando delitos de diversa tipología, contando con cientos de casos de desaparecidos, encarcelaciones, deportaciones a Mauthausen, trabajos forzados o las torturas realizadas por Antonio González Pachecho (alias Billy el niño). La iniciativa de esta denuncia fue promovida por María José Bernete, con el apoyo de los abogados Ana Messuti y Máximo Castex, además de la Red Catalana y Balear de apoyo a la querella argentina contra los crímenes del franquismo. Su principal logro es haber iniciado desde Buenos Aires un proceso judicial que investigue las graves violaciones de derechos humanos cometidas durante el franquismo.

Esta denuncia colectiva contiene tan solo un episodio sucedido en pequeñas poblaciones de Córdoba. El sur de España fue una de las zonas más castigadas por la represión franquista, acumulando más de 45.000 personas asesinadas y más de 700 fosas comunes. Relacionado con esto, Córdoba es una de las provincias con mayor número de víctimas del nazismo, con personas que pasaron por centros de reclusión de la Alemania nazi. Las familias de estas víctimas esperan el reparo democrático de estos casos gracias a la Justicia Universal, encargada de perseguir los crímenes de lesa humanidad.

Debemos tener en cuenta que según la causa de la Audiencia Nacional del juez Baltasar Garzón, España cuenta con 114.226 víctimas ejecutadas por la represión franquista. Debido a la falta de desarrollo, financiación y retraso en materia de memoria histórica en España, la mayor parte de las familias que reclaman los restos de sus seres queridos se encuentran condenadas a no poder recuperarlos. Con suerte, solo un cuarto de las reclamaciones son escuchadas y atendidas, permitiendo exhumaciones para que las víctimas en fosas comunes puedan ser recuperadas.

Una cuestión de mayor actualidad, pero también relacionada con la lucha contra los crímenes del franquismo, es rendir homenaje a Chato Galante, preso del franquismo, recientemente fallecido como consecuencia del Covid 19. Una vida dedicada al activismo antifranquista y defensor de la libertad y la democracia que comenzaría desde el movimiento estudiantil, en el Sindicato Democrático de Estudiantes al que se unió en el año 1967. Por este fue arrestado por primera vez con tan solo 20 años, acusado de realizar actividades subversivas, delito por el que fue torturado durante tres días. Lejos de mermar su ánimo, años después, Chato formaría parte de la creación de la troskista Liga Comunista Revolucionaria en 1971. En ese mismo año se produciría su segundo arresto, que duró catorce días, y en el que recibió brutales torturas a manos de Billy el niño. Sufrió un trato inhumano que no solo le dejaría secuelas físicas, sino también psicológicas.

El activismo no cesó, pues sus ideales seguían intactos y, aún había por lo que luchar. Tras pasar alrededor de cinco años en la cárcel, fue puesto en libertad en virtud del Real Decreto-ley 10/1976, de 30 de julio, sobre amnistía. El mismo texto que dejaría impunes los crímenes de lesa humanidad que se habían cometido contra su persona y contra otras tantas. Por ello, bajo el amparo de la asociación de represaliadas y represaliados políticos del franquismo la Comuna, tras la actitud adoptada del Tribunal Supremo español que anula la presentación de querellas y, por tanto, la negación del acceso a la justicia de todas las víctimas del franquismo, se inició la querella argentina a la que anteriormente ya nos hemos referido. González Pacheco, quién acumulaba numerosas condecoraciones por sus actuaciones represivas como policía franquista, es uno de los imputados y suma un total de treinta y seis querellas por los crímenes que cometió.

Han pasado cuarenta y cinco años desde la muerte del dictador y desgraciadamente son muchas las víctimas que nos han dejado sin haber podido ver satisfechos sus derechos y, sin que se haya hecho justicia. Chato Galante fue un firme defensor de la justicia democrática, un fiel compañero en la lucha contra el franquismo en nuestro país y pasará a la historia como un referente del movimiento memorialista. Recientemente ha habido ocasión de verle, junto a otros represaliados del franquismo, en el documental “El silencio de otros” de Almudena Carracedo y Robert Bahar. Este nos muestra la lucha silenciada de las víctimas, quienes se han visto abocadas a recurrir a la justicia universal a diez mil kilómetros de distancia, y las dificultades que de momento han impedido que prospere la querella argentina.

Desde la Clínica Jurídica de Acción Social de la Universidad de Salamanca, y más concretamente de la Línea de Memoria histórica, queremos aprovechar este espacio para rememorar aquello por lo que luchamos recordando la vida de Chato, a quien mostramos nuestro más sincero respeto y reconocimiento.

Memoria  

Alicia Porras Montes y Naroa Fuente Puente.

Línea de Memoria Histórica de la Clínica Jurídica de Acción Social

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