La polémica acerca de los deberes escolares es una batalla entre padres y profesores que sólo lleva al perjuicio de los estudiantes. En ciertas ocasiones pueden llegar a ser demasiados o resultar en cierta forma discriminatorio, sin embargo el trabajo no debe limitarse al centro escolar, los deberes contribuyen como refuerzo, completando el proceso de educación aportando un aprendizaje significativo de los alumnos.
La mayoría de los alumnos evitan los deberes, quizá el problema no está en si se deben mandar tareas para casa o no sino en la forma de mandarlos, y los docentes deben cambiar la mentalidad en ese sentido.
Los deberes les da a los estudiantes una responsabilidad, la cual tienen que llevar a cabo, dejarles el tiempo necesario para hacerlas con el fin de que no resulta una obligación de hoy para mañana. Para que esto ocurra, debe existir cierta coordinación entre los profesores de un curso, en educación secundaria son muchas las asignaturas que se imparten y los estudiantes deben prestar atención a todas, si cada uno de los docentes mandan tareas, al final los estudiantes se juntan con muchas hora de estudio en casas además de las horas previas en el centro escolar, disminuyendo su motivación.
Por último El objetivo de una tarea no debería ser repetir los ejercicios hasta que aprendan de memoria sino la atención del alumno, conectar los ejercicios con experiencias de su día a día, conseguir que el tiempo que invierta en ella sea un tiempo de calidad y les permita realizarla con gusto.
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