Continúa el necesario proceso de integración de los repositorios que, hasta fechas recientes, ofrecían atomizadamente sus fondos. En este caso le toca el turno a la Biblioteca Digital de Madrid, encomiable por la riqueza y facilidad de búsqueda y acceso a unos fondos de enuseño. Con sus propias palabras:
«En este espacio se encuentran digitalizados manuscritos, impresos, publicaciones periódicas, mapas, carteles, dibujos y los más diversos fondos bibliográficos, obras libres de derechos con una cronología amplia, desde el siglo XV hasta el siglo XX , de los temas más diversos: literatura clásica, científica, libros de viaje, música etc. y con especial dedicación a los temas madrileños».
Hasta aquí lo que cabría esperar de una Biblioteca de una capital europea. La sorpresa es la integración de instituciones, modélica para un tiempo de taifas y otras manifestaciones de la enfermedad que podríamos denominar “palurdismo”:
»Reúne fondos bibliográficos custodiados en bibliotecas de carácter patrimonial como la Biblioteca Regional de Madrid, y de instituciones históricas de la Comunidad de Madrid como la Real Academia de la Lengua, la Fundación Lázaro Galdiano, la Real Academia de la Historia, la Fundación Universitaria Española o el Instituto Cardenal Cisneros».
