Sistema de blogs Diarium
Universidad de Salamanca
Susana Azpiazu
Facultad de Filología - Dpto. Lengua Española
 
Diapositiva 2

3 de julio

Llevo un mes y pico corrigiendo los trabajos de nuestros alumnos de Filología, entre grado y máster, y he llegado finalmente a julio con la moral por los suelos. No es ya el cansancio objetivo de las horas que una dedica a esta tarea; sobre todo es el desánimo moral que me sobreviene al comprobar, una y otra vez, que nuestros alumnos, aquellos que deberían estar más preparados en cuestiones lingüísticas (¿o no?), apenas saben redactar un texto coherente, en el que las ideas estén bien hiladas y organizadas y, sobre todo, donde los signos de puntuación se empleen con los fines para los que han sido ideados, a saber: ordenar, separar unas ideas de otras, orientar en el sentido de la argumentación… ¿Argumentación? Menuda ilusión. Nuestros alumnos no argumentan, se limitan a colocar las ideas que encuentran aquí y allá unas al lado de las otras, pero apenas se detienen a comprobar si de esa colocación es posible extraer alguna conclusión, no digo ya original: bastaría con que fuera propia.(Esto por no mencionar el terrible problema del ciberplagio, que habría que abordar con más seriedad, aunque no será hoy).

Me niego a pensar que nuestros estudiantes no tienen ideas propias sobre los temas, siquiera los más prosaicos, a los que se enfrentan en la carrera – simplemente no sienten valor para defenderlas por escrito con coherencia porque nadie les ha enseñado a desarrollar su espíritu crítico. Así, van pasando los años de su carrera académica sin pena ni gloria, tragando contenidos que no cuestionan porque nadie les ha enseñado a hacerlo, y, sobre todo, a hacerlo por escrito, en un discurso bien articulado. Nuestros estudiantes escriben hoy más que nunca – probablemente escriben más de lo que hablan por teléfono – pero no saben escribir, porque aún no saben que la escritura es un lenguaje diferente al habla, con otras normas, otras estrategias comunicativas y otra sintaxis. Su escritura es como su habla: torpe y entrecortada. No sé si nos corresponde a nosotros enseñarles a escribir, a estas alturas de su carrera; sé que no nos queda otro remedio que hacerlo.

 

Suscribirse

Suscríbete a nuestro boletín por email para recibir actualizaciones.q

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario


*

Política de privacidad
Studii Salmantini. Campus de excelencia internacional