Sistema de blogs Diarium
Universidad de Salamanca
Miguel Redero Brioso
Aprendiz de profesor
 

Primera Entrada. Al fin soy fís… faquir :)

Hemos empezado el curso pisando fuerte (y no lo digo solo por los pies de Faquir),  a partir de una ronda de presentaciones en la que nos fuimos conociendo entre todos un poquito más y nos hizo a cada uno recapacitar sobre qué es para nosotros un buen docente y una buena clase, lo que nos llevó a indagar en los recuerdos en busca de ese maestro ejemplar.

Me tocó presentarme, y bueno, no había encontrado el tiempo (tampoco lo había buscado) para preparar nada, pero inevitablemente había leído las preguntas y en mi cabeza revoloteaban una serie de imágenes y recuerdos en los ratos en los que me despistaba: que si el mejor profesor, la mejor clase… por lo que durante esos días y en el rato previo a la presentación  no paraban de venirme recuerdos memorables de algunos de mis profesores.

Así que he pensado que esta primera entrada va a ir dedicada a ellos:

A Santos, que con más de sesenta años hizo el pino en clase, se puso de nuestra parte cuando robamos los Aquarius al equipo de fútbol del Caja Segovia y nos pillaron, pero luego nos hizo sentirnos profundamente culpables, nos diseñó y guió un proyecto sobre la vida y la crianza de Ricki y Rocco (una pareja de caracoles) por el que recibimos el premio de jóvenes investigadores o cuando apareció con el libro de nuestras preguntas respondidas por expertos de todo el país.

A Chelez, que era un chileno un poco chalado que nos dio clase de literatura en 2º de la ESO. En seguida se nos metió en el bolsillo. Recuerdo su primera clase como si fuera ayer. Aquella mañana en la que nos leyó el cuento del gato negro de Edgar Allan Poe y nos pidió que lo acabáramos nosotros. Era un deleite escucharle leer, así cómo verle hablar, y es que a parte de su manejo de las palabras, no paraba de mover las manos, hasta tal punto que tardamos una semana en darnos cuenta de que le faltaban dos dedos de la mano izquierda!

A Juanlu, mi profesor de bachillerato me quedaría su claridad al explicar, era una de estas personas que te hacen ver la belleza y la elegancia de la física, que hacen que todo parezca sencillo

También a José Antonio, aquél físico de partículas , profesor de matemáticas del que no aprendí mucha matemática, pero que nos puso en clase 2001 Una Odisea en el Espacio, nos habló de la Historia de España y  me llevó a esquiar un día de diario, para enseñarnos las mejores vistas de Navafría.

Reflexionando sobre estos profesores que conectaron conmigo de alguna forma especial, veo que en muchos aspectos son radicalmente distintos: metodología, orden, creatividad, innovación…, pero sí hay dos cosas que todos tienen en común, pasión por su disciplina y dedicación a sus alumnos.

Por cierto, se me olvidaba justificar el título de la entrada, resulta que desde el otro día ya soy Faquir! y esto no significa solo que pueda subirme encima de unos pinchos, si no que al igual que hacía Santos al hacer el pino o Chelez cuando nos dijo que le faltaban un par de dedos, los profesores tenemos que ser un poco faquires, tenemos que sorprender a nuestros alumnos, que se queden mirando al igual que lo hace la gente de la calle cuando hay un faquir sobre una cama de pinchos, y más aún los profesores de ciencia, pues es justo esa fascinación por la naturaleza y los fenómenos físicos,  el germen de toda vocación científica.

 

foto faquir

 

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario


*

Política de privacidad
Studii Salmantini. Campus de excelencia internacional