EL PAÍS (13/05/2019) [Noticia seleccionada y comentada por Noelia Romero Paredes. Grado en Trabajo Social]
El presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker cuando llegó al poder, en su plan de gobierno, se comprometió a impulsar la migración legal con el fin de “atraer talento”. Pero al cabo de un año y producirse la guerra de Siria, el número de personas que huían de allí hacia la Unión Europea fue masivo, dando lugar a soluciones a corto plazo por parte de los Estados miembros que no eran totalmente eficaces, ya que solo “parcheaban” la situación.
Además, la investigadora Blanca Garcés afirma que la falta de solidaridad que se produce respecto a la inmigración, hace que los Estados miembros no cooperen adecuadamente ante estas situaciones. Y prueba de ello, es que en 2016 solamente se acogieron al 21,7% de los solicitantes de asilo. Por ello, cabe decir que desde el año 2015 hasta la actualidad, la llegada de refugiados y migrantes a Europa por mar o tierra ha descendido en un 97,7%.
En lo único que están de acuerdo los Estados miembros es en reforzar la seguridad de las fronteras y en tratar de frenar la migración irregular, convirtiendo así la migración en un arma política para partidos populistas y xenófobos.
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