ELPAIS 05/05/2018 [Noticia seleccionada y comentada por María de Gracia Sánchez Gil. Grado en Trabajo Social]
Tres meses fue lo que aguantó Ahmed Alwakkil en el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos. “Aquello está mal. Está desbordado, la gente de la isla no nos quiere allí, no hay oportunidad de hacer nada…”, Cuenta Ahmed, nacido en Damasco, 20 años.
Como Ahmed, muchos otros han tenido que irse de estos campos hacia la ciudad de Atenas para encontrar una vida mejor. La situación es irreal, personas que salen de sus países en busca de un futuro mejor y lo único que encuentran es más desesperación e incomprensión por parte de los Gobiernos.
Como se puede leer en la noticia, es la propia población civil griega la encargada de ofrecer a los refugiados la orientación vital que necesitan cuando llegan a la ciudad, más allá de comida y techo, ya que la gran mayoría necesitan ir al médico, precisar de un abogado, escolarizar a sus hijos o llevar a cabo una gestión pública.
Han salido de una cárcel para introducirse en otra.
https://elpais.com/internacional/2018/05/03/actualidad/1525361401_657463.html