La Vanguardia (2 de abril de 2018) [Noticia seleccionada y comentada por Beatriz Martín Villacastín. Grado en Trabajo Social]
La mayoría de los padres inmigrantes latinoamericanos de primera generación en Estados Unidos hablan en Español a sus hijos y les estimulan para que usen el idioma, pero el porcentaje se va reduciendo progresivamente en las segundas y terceras generaciones.
En mi opinión, hay que tener en cuenta cómo afecta la inmigración de los padres a las siguientes generaciones, que en muchos casos sienten que no pertenecen al país de acogida a pesar de haber nacido en él, ni tampoco al país de origen de los padres, aunque si se ven influenciados por su cultura.
Las políticas migratorias deberían promover el multiculturalismo en lugar de la asimilación, de forma que se valore y respete la diversidad cultural, que puede servir de aprendizaje tanto para la sociedad receptora como para la población de origen inmigrante y que todos disfruten de los mismos derechos independientemente de su procedencia.


