New York Times (01/05/2018). [Noticia seleccionada y comentada por Charlotte Weissenborn, Alumna Erasmus Grado en Sociología]
Solo basta leer el título para que nos llame la atención la cuestión de las barreras administrativas e institucionales a las cuales se enfrentan los menores que inmigran solos hacia los Estados Unidos. Esta noticia nos lleva a recordar que la administración del presidente Trump carece de razonamiento matizado a la hora de implementar políticas. Hace hincapié sobre el aspecto sumamente dicotómico de la narrativa y por consecuencia de la política en si misma de Donald Trump. De hecho, se trata de un ejemplo que encaja con la visión maniquea del mundo subyacente a la gestión trumpiana de los asuntos políticos que se cristaliza en la denuncia de unos culpables versus unas víctimas. Se opera un giro que genera que los niños minores que lleguen a los EE. UU. pasan de ser victimas de discriminaciones y violencias en sus países de América Latina, a culpables de delitos que, a la hora de presentarse al servicio federal de inmigración aun no cometieron. En la narrativa política la idea de prevención de la criminalidad le otorga cierta legitimidad a ese traslado. Al final se destaca que, bajo una lógica simplificadora que opera una inversión entre, por un lado, aquella parte que se considera como la víctima y, por otro lado, quien es el culpable, se justifican nuevas políticas, a pesar de que esas suponen un giro hacia un evidente incumplimiento de derechos humanos e infantiles universales.