Le Monde 22/04/2018 [Noticia seleccionada y comentada por Baudoin de Crozé. alumno Erasmus Grado en Sociologia]
Una nueva ley en Francia ha sido votada el 22 de abril 2018 sobre el asilo de los inmigrantes, después de muchas horas de debate. Esta ley ha sido propuesta por el gobierno francés y muy sostenida por el ministro del interior Gérard Collomb. La idea general de la ley es de aumentar la velocidad y la eficiencia del tratamiento de los inmigrantes, reduciendo los días necesarios para la consideración de un demanda de asilo (de 120 días, son ahora 90), reduciendo también la duración durante aquella es posible para una persona para quien la demanda ha sido rechazada de contestar la decisión (de un mes a 15 días). También los procedimientos de expulsiones son más rápidos. La posibilidad de hacer usar medios de comunicación audiovisuales para las apariencias en el corte de los solicitantes de asilo también aparece. Pero otro lado, la duración máxima de detención ha sido aumentada de 100% (de 45 días a 90 días). La posibilidad de detener menores también ha aparecido. Esta nueva ley no comporte solo eso y propone artículos para ayudar el migrante, como en el caso de un inmigrante menor que tiene derecho a quedarse en el país, el reagrupamiento familiar antes solo permitió que sus padres vinieran. Ahora sus padres pueden venir con sus otros hijos para que el reagrupamiento familiar no sea un medio de dislocar la familia. Pero lo que ha sido presentado antes es muy desafiado por la oposición de la izquierda o por asociaciones como Amnesty International, diciendo que la eficiencia de los procedimientos son valorados y que eso va a contra de los derechos humanos, como la detención de los menores. La velocidad de estos procedimientos no es adapta a las dificultades para las personas que no conocen el idioma o que deben aprender los pasos legales. También la oposición de izquierda crítica también la ley porque no desarrolla la integración de los inmigrantes, solo toma un punto de vista administrativo. Además, esta ley inquieta las asociaciones porque aparece en un contexto tenso entre los defensores de migrantes y el gobierno y la policía. Muchas tiendas de campanas de migrantes han sido desgarradas en Paris por la policía, o también ha sido unos casos de “delito de solidaridad”, delitos que conciernan personas que ayudan inmigrantes a cruzar una frontera o a circular en el país desde la nueva ley.


