The Economist (18/04/2018). [Noticia seleccionada y comentada por Kelly Loiseau, Alumna Erasmus Grado en Sociología]
“Olas”, “avalanchas” hasta “asaltos de inmigrantes” son tantos términos alarmistos utilizados tanto por los medios de comunicación como ciertos políticos para animar dentro de la población un sentimiento negativo ante los migrantes. Además, los recientes eventos políticos, abiertamente anti-inmigrante, no faltan de reforzar este rechazo. Es dentro de este contexto tenso que es publicado, en abril 2018, los resultados de la encuesta, de la Comisión Europa, titulada “La Integración de los inmigrantes en la Unión Europa” que va desacreditando un prejuicio bien anclado en la mente de la gente : el sentimiento anti-migrante no resulta de los países con un número substancial de migrantes sino más bien de los que cuentan sólo un puñado de ellos como Hungría. De hecho, los contactos repetidos con personas procedentes del extranjero favorecen una percepción positiva de ellos. Así, se nota una fractura entre jóvenes/mayores, ciudadanos/aldeanos sin olvidar el papel desempeñado por el nivel de educación y económica.
