La clase del martes trató sobre las excursiones y las salidas al laboratorio. Lo que puede parecer la solución más fácil para dar una clase (“Me llevo a los alumnos de excursión o al laboratorio a hacer algún experimentillo y no tengo que pensar nada más”), en realidad es la más difícil de organizar y de controlar. ¡¡La de cosas que hay que tener en cuenta!!
Visitas didácticas
Para realizar visitas didácticas, más comúnmente conocidas como excursiones, lo primero de todo es motivar a los alumnos para que vayan con entusiasmo y buena predisposición. Hay que organizar todo lo que tiene que ver con la actividad, es decir, a quién va dirigida, qué objetivos se quieren lograr con ella, qué coste va a suponer, cuándo va a ser, avisar a las familias con suficiente antelación, etc. Además, es muy importante preparar una ficha o material de trabajo para que los alumnos aprovechen la visita didáctica y les sirva para aprender algo, y definir la metodología de evaluación de dicha actividad.
Por otro lado, es necesario concertar la cita con la empresa, entidad o institución responsable de las instalaciones a las que vamos a acudir, para que haya alguien pendiente de nosotros y nos guíe durante toda la visita.
En esta publicación de eduteka se encuentran recopiladas las pautas básicas y principales para la planificación de una visita guiada a un museo.
Salidas al laboratorio
Después de hablar sobre las excursiones didácticas, pasamos al tema del laboratorio. Hay que informar muy bien a los alumnos sobre las normas básicas de seguridad en un laboratorio, darles el informe de trabajo y los guiones de las prácticas que van a realizar.
¡Y ahora nos vamos nosotros al laboratorio!
A José, María y a mí nos ha tocado realizar la práctica del muelle espiral, de la cual dejo el informe de trabajo aquí.
Pesas colocadas en el soporte
Muelle estirado en función de las pesas colocadas en el soporte
Cuando llegamos al laboratorio, los puestos de trabajo ya estaban preparados y organizados y, además, cada uno disponía de una tablet u ordenador con un vídeo de no más de 4 minutos en el que se explican los objetivos, procedimiento experimental y cálculos que hay que realizar.
Esta es una buena alternativa a la lectura de los informes, pues lo cierto es que la mayoría de los alumnos llegan al laboratorio sin haber leído los informes previamente. De esta manera, en pocos minutos sabrán en qué consiste la práctica y podrán ponerse a funcionar. Pero es importante que este vídeo no supere los 4 o 5 minutos de duración, ya que esto haría que los estudiantes fueran perdiendo su atención e interés. Por otro lado, cuanto más tiempo dure el vídeo, menos tiempo quedará para la realización del experimento.
Pero no es oro todo lo que reluce…
Con los vídeos estamos ayudando a motivar a los alumnos (¡les fascina la tecnología!) y a que entiendan qué es lo que tienen que hacer en unos pocos minutos pero también estamos contribuyendo a que dejen de esforzarse por leer los informes.
¿Qué es mejor? Menudo dilema… ¿Qué tal ofrecer informes para unas prácticas y vídeos para otras?
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