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Universidad de Salamanca
Celia Vicente Martín
Máster en Formación del Profesorado - USAL
 

25/01/21 – ¿Deberes sí o no? El eterno debate

Después de jugar con el agua y con la presión atmosférica (y de mojarnos un poco, todo hay que decirlo), dedicamos el resto de la clase a debatir sobre nuestras posiciones a favor y en contra de los deberes.

La gran mayoría de nosotros coincidimos en que son una herramienta fundamental en el proceso de aprendizaje de los estudiantes PERO únicamente si están bien planteados. En su justa medida, ayudan a recordar y afianzar los conocimientos explicados en clase cada día. Además, juegan un papel muy importante en el desarrollo competencial de una persona, pues contribuye a trabajar otros aspectos como la organización, la planificación y la constancia. Por otro lado, también sirven como elemento de evaluación continua del trabajo y esfuerzo del alumno, que cada vez suena con más fuerza en el ámbito educativo.

deberesLa idea tradicional que todo el mundo tiene de los deberes es una pila de papeles, libros y cuadernos con ejercicios mecánicos y repetitivos, uno detrás de otro. Vale que hay que practicar, sí, pero ocho ejercicios iguales aburren hasta al más listo de la clase. Es necesario que las actividades y tareas planteadas suplan todos los grados de conocimiento de la clase, y que el alumno tenga libertad para decidir qué ejercicio se ajusta más a sus necesidades e intereses.

Tampoco es útil que la carga de deberes sea excesiva, pues lo único que conseguiremos es que los estudiantes se acuesten más tarde y no descansen lo suficiente. De esta forma, no estarán al 100 % de sus capacidades para afrontar otras 6 horas seguidas de bombardeo con nuevos conocimientos.

Tenemos que romper con la idea tradicional de que los deberes son algo malo. “Voy a hacer los deberes para que no me castiguen o me pongan en evidencia delante de toda la clase”. ¡NO! “¡Tengo que hacer los deberes porque si no, no aprendo!”

¿Cómo conseguimos que quieran aprender? Motivándolos. Hay multitud de cosas que les interesan, les fascinan y les atraen, ¿por qué no conectamos los contenidos de nuestras asignaturas con sus intereses? Existen multitud de fenómenos de nuestra vida cotidiana que pueden relacionarse con la física y la química. Hay física y/o química en prácticamente todos los ámbitos: cine, teatro, música, deporte, baile, videojuegos… ¡Algo de todo eso les gusta seguro!

Si conseguimos que relacionen los conceptos de cinética y dinámica con el deporte que practican, o el tiro parabólico con el videojuego que les gusta, quizás la próxima vez que vayan a entrenar se acuerden de esos conceptos y comiencen a tener sentido para ellos…

¿Y tú? ¿Qué opinas?

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