Por lo normal, un perro de raza pitbull o rottweiler nos causan más miedo que un chihuahua o un labrador. La razón de esto es la creencia de que algunas razas de perros son más agresivas que otras.En el Reino Unido, concretamente en la Bristol University, la científica Rachel Casey, ha comprobado que etas creencias no tienen ningún rigor científico, y que la agresividad de los perros no está relacionada con la raza, o al menos no es un aspecto determinante, más bien depende de las situaciones en las que se encuentran los perros.

La científica, acompañada por su equipo preguntaron a unos 4.000 propietarios de perros, sobre diferentes comportamiento agresivos de sus mascotas, mordidas, ataques, ladridos etc. El experimento consistía en observar a los perros ante deferentes personas, es decir antes su dueño, ante personas familiarizadas con el animal y ante sujetos totalmente desconocidos por el perro. También se tuvieron en cuenta diferentes aspectos tanto de los dueños (edad, carácter, sexo) como de los animales, sobre todo la raza, el tamaño y si habían sido adoptados o abandonados.

Los resultados de la pruebas fueron los canes sólo demostraban agresividad en unas de las tres circunstancias, es decir, mostraban agresividad o bien con algún miembro de la familia o bien con los extraños, pero casi nunca con ambos, esto demuestra que los perros no son agresivos o dóciles constantemente, sino que depende en una grandísima parte de la situación y las circunstancias en la que se encuentren o a las que se les someta.

Con respecto a las razas, se llegó a la conclusión de que no había prácticamente diferencias sustanciales entre los perros mestizos y perros puros. Aunque el comportamiento de las razas varía entre ellas, es decir, no es lo mismo cómo actúa un perro de rastreo que un terrier, el estudio que al examinar comportamientos agresivos en un perro , hay factores mucho más influyentes que la raza a la que pertenece.

Es sabido que los perros descienden del lobo, y aunque hayan evolucionado mucho a lo largo de la historia, todos tienen un punto de agresividad instintiva, pero en gran medida esto depende del adiestramiento y del trato que reciban por parte d los humanos, así que cunado tengamos un perro, lo mejor es que le adiestremos correctamente, evidente mente, lo mejor es acudir a un profesional.

El resumen de este estudio podría ser que los perros no son agresivos, sino que algunos dueños convierten a sus perros en agresivos, muchas veces sin ninguna intención, simplemente no los socializan o nos los proporcionan el suficiente ejercicio, tanto físico como mental.

Aunque dependiendo de las distintas razas de perros, ya sea un chihuahua o un rottweiler, cada raza va a ser propensa a unas determinadas enfermedades, existen algunas que son comunes a todos, por ello es importante saber qué vacunas necesita nuestra mascota desde cachorro hasta su edad adulta.

¿CÓMO ACTÚA UNA VACUNA?

La manera de la que actúa una vacuna resulta Bastante sencilla, cunado vacunamos, realmente estamos inoculando, los que estamos haciendo en introduccir una determinada enfermedad de manera muy atenuada en en el organismo del animal para que el cuerpo y el sistema inmunológico reaccionen y fabrique defensas contra dicha enfermedad. La parte negativa es que esas defensas fabricadas por el sistema inmunológico no duran para siempre, por lo que hay que volver a poner esa vacuna pasado un determinado tiempo.

Al vacunar a un animal, debemos cerciorarnos de que los anticuerpos están en niveles muy bajos o no existen, ya que si estuviesen en niveles altos o normales, la vacuna no tendría efecto ninguno en el organismo de nuestro perro. Por esta razón es importante la elaboración por parte de nuestro veterinario de un plan de vacunación, así, él será el que nos diga cuando es el mejor momento para cada vacuna.

Todos sabemos que una de las primeras tareas que tenemos que hacer cunado compremos o adoptemos a un perros es mirar atentamente su calendario de vacunas, lo normal es que tanto criadores como refugios y protectoras no entreguen a nuestra mascota con las pertinentes vacunas ya puestas, pero a partir de ahí, ya es exclusivamente responsabilidad nuestra.

Aunque evidentemente existen muchas más, las vacunas más importantes que nuestro perro debe tener son:

Traqueobronquitis (tos de las perreras)
Leptospirosis
Hepatitis
Moquillo
Piroplasmosis
Parvovirosis
Rabia.

También podemos elegir otras vacunas a parte de estas, aunque sean menos importantes, es el caso de la vacuna contra el Coronavirus.

Aunque a veces pensemos en los ladridos como una molestia o un simple ruido, un reciente experimento del  Instituto Biológico de la EötvösLoránd University de Budapest (Hungría), nos demuestra que los ladridos contiene multitud de información, más incluso de lo podemos pensar a priori, dicho estudio le hemos podido leer en la publicación Applied Animal Behaviour Science.

Un grupo de científicos, de ese instituto, utilizó dos grupos de perros, de razas tan dispares como el samoyedo o el Golden Retriever  unos que estaban acostumbrados ya a ladridos de determinados perros, y otros canes cuyos ladridos eran totalmente desconocidos para ellos, y así poder analizar las diferencias entre unos y otros ladridos y el comportamiento y las acciones que realizaban los perros al emitirlos.

Muchos de los que tenemos perros ya reconocemos los diferentes estados de ánimo que transmite nuestro o nuestros perros cuando ladran, puede ser felicidad, alarma, tristeza o agresividad, pero lo que nos resulta más difícil es saber el que significado que tienen los ladridos entre los mismo perros.

De este modo, los científicos descubrieron que las actitudes de los perros eran muy diferentes, dependiendo de si ya conocían al otro perro o no, si le conocían iban corriendo hacia la puerta para saludar a su amigo, sin embargo si no le conocían esperaban expectantes lejos de la puerta para ver qué pasaba.

La conclusión del estudio es bastante lógico, los perros reconocen los ladridos de los otros al igual que nosotros conocemos la voz de otras personas, lo que nos lleva a pensar que detrás de los ladridos se guarda un sistema mucho más complejo de comunicación.

Existe un  hormona llamada la “hormona del amor”, es decir la oxitocina en su nombre científico, sobre la cual se ha demostrado que consigue que los sers humanos no volvamos más amables, más sociables ye incluso hasta más generosos.

En la universidad de Emory en el estado norteamericano de Atlanta , un grupo de científicos e investigadores ha descubierto que la llamada “hormona del amor” tiene estas mismas propiedades y causa estos mismos efectos en muchas otras especies de mamíferos, incluidos los perros.

Para desarrollar este experimento, utilizaron 16 perros con sus respectivos dueños, todos los perros tenían al menos un año de edad, entre los que se encontraban razas tan dispares como el Pastor Alemán, el Bulldog Francés o el Border Collie. El experimento consistió en pulverizar la nariz y el hocico de algunas de las mascotas con oxitocina y los otros con otra sustancia que no era más que una simple solución salina, después los perros fueron enviados a una estancia donde estaban sus propietarios. Para el desarrollo del experimento, los científicos habían pedido a los dueños que no hiciesen caso de ningún tipo de saludo o caricia por parte de sus mascotas.

Lo que ocurrió a continuación fue que los canes que habían sido impregnados con la hormona se volvieron mucho más cariñosos con sus propietarios, les miraban durante largos periodos a los ojos, les lamían y les olían mucho más que los perros que sólo habían sido rociados con la solución salina.

La publicación que ha dado a conocer este estudio ha sido la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, y tambén ha llegado a la conclusión de que la oxitocina u Hormona del amos no solo se produce únicamente el los mamíferos mientras se reproducen, sino que contribuye a el fortalecimiento de las relaciones entre diferentes especies, como el caso de los perros y humanos en el experimento que acamamos de explicar