Apuntes curiosos sobre la cábala o kabbalah

23/10/15, 14:52

Las postrimerías del siglo XV marcan el fin de la antigua Cábala, también llamada kabbalah, que había tenido su centro vital en la Gerona medieval. El decreto de expulsión de 1492 marca la culminación de toda una serie de masacres organizadas contra los judíos españoles, de una violencia tal que Julio Caro Baroja ha podido escribir que «el drama que tuvo lugar en la España de los siglos XV, XVI y XVII es de un carácter muy parecido a lo que ha ocurrido modernamente en Alemania».

La violencia antijudía desarrollada a todo lo largo y ancho del reino hizo estragos entre la Cábala española, obligando a sus componentes a emprender de nuevo el camino de la dispersión.

Este hecho marcaría el fin del cabalismo aristocrático, reservado exclusivamente a los doctos. El exilio hizo necesario que la Cábala se pusiera al servicio de la comunidad doliente… que descendiera a la calle y se aplicara a la maltrecha esperanza común. En definitiva, fuera el remedio esperanzador que ayudase a soportar los sinsabores y que conjurase el peligro de desintegración que amenazaba al pueblo de Israel.

Ahora bien, los cabalistas españoles que arribarían a Palestina, lo hicieron marcados por el dolor de la catástrofe sufrida y por la necesidad histórica de justificarla (el buscar una Causa Superior a todos sus avatares es una de las características más acusadas del espíritu hebreo). Y así la Cábala, que nacería en Galilea llegó lastrada por la idea de que un nuevo Exilio había castigado a los judíos, pero que el nuevo Éxodo les había devuelto a la Tierra Prometida.

La nueva Cábala, nacida en ese Exilio y ese Éxodo, empezó a desarrollar la idea -que de alguna manera nunca había muerto en el alma judía- de que la vida en paz de los hebreos sólo se podía alcanzar dentro de su país. Era el renacimiento del espíritu sionista-mesiánico que se ha desarrollado hasta nuestros días.

Este nuevo derrotero condujo a la idea de que la Cábala era la herencia de todo el pueblo hebreo. Estaba, pues, destinada a cada judío y hecha a la medida de cada uno. Abandonaría sus pretensiones casi exclusivas de la brujeria y el esoterismo, y amoldaría, de nuevo, sus ideales a los del judaismo histórico, bíblico y talmúdico.

Según la Cábala nueva, aunque los demás pueblos del mundo realicen su alianza con Dios, Israel seguirá siendo el centro de la morada terrestre del Eterno. El ojo de Dios permanecerá fijo sobre el «pueblo del Dios de Abraham» para ejercer una «providencia especial», una «protección sobrenatural». Él permanecerá fiel a su Alianza con Israel, en recompensa de sus servicios.

 

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