Historia de los campamentos de verano

29/04/15, 15:05

Los campamentos de verano son programas destinados a la formación, el ocio y el tiempo libre, las actividades en la naturaleza o el medio urbano, normalmente supervisados bajo equipos de profesionales configurados por monitores de ocio y tiempo libre así como por un Director de Campamento que realiza funciones de control y supervisión de toda la actividad.

Si tenemos que hablar de una visión tradicional de lo que es un campamento de verano, nuestra imaginación se retrotrae hacia un bosque junto a un lago, plagado de tiendas de campaña o casetas de madera al estilo de las viejas películas norteamericanas.
Los campamentos de verano son lugares apropiados para que niños y adolescentes desarrollen actividades deportivas favorables para su formación;senderismo, piragüismo, fuegos de campamento, técnicas de supervivencia o reconstrucción de entornos rurales son algunas de las prácticas que se llevan a cabo en los campamentos de verano de todo el mundo.

Pero las rutas o el vivaqueo a la orilla de los ríos van siendo sustituidos o complementados, según como se quiera ver, por otro tipo de ofertas. Nos referimos por ejemplo a los campamentos temáticos. Hoy en día existen multitud de ofertas en las que los jóvenes reciben formación en inglés, aprovechan los últimos días del verano para tratar de recuperar asignaturas que han suspendido durante el curso, reciben formación intensiva en matemáticas o escalada. Desde hace unos años también se vienen desarrollando cada vez más los conocidos como stages deportivos, en los que los campistas reciben entrenamientos intensivos de disciplinas deportivas como el fútbol, artes marciales o hípica.
En España, los campamentos de verano están supervisados por un Director que conforma un equipo de monitores de ocio y tiempo libre. Cada uno de ellos llevará el control de un grupo compuesto por unos diez integrantes. Desde los inicios de las actividades de campamento, los participantes han venido dividiéndose en grupos que se conforman normalmente por el lugar de habitación de los jóvenes. Los campistas se organizan por chozas, tienda de campaña, grupos de edad, etc.

Hay quien se ha preguntado ¿cuándo surgió la costumbre de hacer veranear a los niños en colonias o alejados de su residencia natural? Las investigaciones parecen llevarnos a Appenzel, un remoto lugar de los Alpes en los que el pastor Bion situó colonias de vacaciones en las que los adolescentes construían casetas en los árboles, cantaban, desarrollaban funciones de teatro y a fin de cuentas, tenían mil y una aventuras en plena naturaleza. A veces nos da por pensar y llegamos a la conclusión de que esas experiencias no hacen sino ampliar los horizontes de los millones de niños que a lo largo de los últimos 150 años han venido participando en campamentos de verano a lo largo y ancho del mundo. Tras la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Francia utilizaría este modelo desarrollado en los Alpes para llevar a los niños de la guerra lejos de sus casas y de la destrucción que se extendía por todo el país. Este formato de vacaciones infantiles se convertiría además en el germen de la educación pública estatal.

Siempre que se habla de los campamentos de verano, se acaba hablando de los Estados Unidos. El tamaño, la población y la extensión gigantesca de naturaleza salvaje de Estados Unidos han sido un caldo de cultivo excelente para la proliferación de campamentos de verano a lo largo y ancho de todo el país. La Asociación Americana del Campamento (ACA) declara que existen más de 7000 campamentos infantiles tradicionales, además de 5000 campamentos diurnos, en los que los participantes duermen en sus casas pero realizan actividades conjuntas durante el día. Más de 11 millones de niños y adultos participan en ellos, contando con más de 1,5 millones de trabajadores que desempeñan su actividad profesional en campamentos de verano.

En España, el origen de los campamentos de verano surge también a finales del siglo XIX, concretamente bajo la tutela de la Institución de Libre Enseñanza. Eran conocidos como programas de verano y durante décadas sirvieron para mejorar la interrelación de chicos y chicas de todos los rincones de la geografía española.

Cuando nos preguntamos por las razones que llevaron a los miembros de la ILE a comenzar a desarrollar este tipo de iniciativas no podemos sino argumentar que la principal motivación era mejorar las condiciones higiénicas de los chiquillos. Mejorar su situación física y aportarles nuevos horizontes en su desarrollo personal fueron algunas de las ideas claves e inspiradoras de aquellos valientes. Las clases urbanas más humildes fueron las principales favorecidas por este movimiento. En pleno desarrollo industrial, las barriadas de obreros se mantenían en una situación de absoluta precariedad. Sacar de esa situación a los más pequeños durante una pequeña temporada y llevar a cabo actividades desconocidas para ellos como la interacción con la naturaleza se convirtió en un objetivo claro de la Institución de Libre Enseñanza.

Para comprender la importancia de estas iniciativas de cultural y formativo, hemos de conocer que será durante estos finales del siglo XIX cuando comiencen a desarrollarse en España ideas que se recogen en el marco de teorías aportadas por Rousseau, Pestalozzi o Froebel. Se hablaba por primera vez de construir una educación fundamentada en el desarrollo físico, moral e intelectual por la propia experiencia. Nos encontramos ante la incorporación de nuevas técnicas pedagógicas llegadas de toda Europa.

Durante la II República, en el año 1932, se realizarían en España 294 colonias repartidas en 46 provincias y con más de 30.500 participantes. Las provincias con más campistas serían Barcelona, Madrid, Valencia y Asturias.

Durante el Franquismo, se establecería una política estatal de campamentos de verano destinados al adoctrinamiento y la formación moral. Dentro de las políticas de juventud del régimen, se establecería la creación del Frente de Juventudes y la Sección Femenina. También se pondría en marcha el Sindicato de Estudiantes Universitarios, de carácter vertical. Será en la década de los años 60 cuando el Frente de Juventudes se transforme en la Organización Juvenil Española (OJE). Especializada en las actividades al aire-libre, continuaría organizando campamentos de verano. El espíritu de la camaradería y la aventura, serían los medios mediante los cuales las autoridades franquistas fortalecían su visión de la moral y el Estado. Esta organización desaparece en 1977 y aglutinó a más de 2 millones de participantes durante su andadura.

En España van a existir otros movimientos campistas y de formación juvenil; la Iglesia Católica o el Movimiento Scout tendrán presencia importante en los campamentos de verano de España. Adquirirán mayor peso tras la llegada de la democracia y será en este momento cuando comiencen a darse las nuevas modalidades de multiaventura, animación infantil y educativos.

Se iniciará la formación reglada de monitores de ocio y tiempo libre, con inspiración en las iniciativas pedagógicas desarrolladas en Francia durante la década de los años 70. Concretamente en España se legisla este aspecto por primera vez en la Orden 25 de Noviembre-1976 del Movimiento por el que se autoriza la creación de Escuelas de Aire y Tiempo Libre.

En la actualidad, las actividades de campamento de verano siguen desarrollándose en España. Podemos encontrarlos en todas las provincias de España ofreciendo gran cantidad de actividades y formatos. Nosotros particularmente recomendaremos nuestro propio proyecto.

Este artículo fue publicado en una página de campamentos de verano en Extremadura. La Escuela del Bosque. Situada en una comarca perfecta para el turismo rural en Cáceres, Sierra de Gata.

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