El País 30/04/2019 [Noticia seleccionada y comentada por Manuela Rodrigo Ramos; Grado en Sociología]
Quizás esta noticia no destaque como una de las más importantes dentro de la amalgama informativa con la que nos bombardean los medios de comunicación, pero he preferido no seguir esa línea y centrarme en algo que me llamó personalmente la atención. Quería no obstante aprovechar esta oportunidad para denunciar brevemente un hecho que quizás pase por alto para una gran mayoría social, ya sea por costumbre, por apoyo o por vivir inmersos en una socialización que, como no podría ser de otra manera, es retroalimentada continuamente por actores sociales como son en este caso, los medios informativos. Pero como se suele decir, el que guarda silencio ante las injusticias se pone de parte del opresor.
Es demasiado común que se exponga expresamente y casi exclusivamente la nacionalidad de un individuo problemático cuando éste presenta un origen étnico inmigrante. Hay que aclarar desde luego estas últimas palabras: cuando hablamos de inmigrante en estos términos no nos referimos a personajes como Ronaldo o Melania Trump, sino a personas que llegan a otro país sin un nivel adquisitivo lo suficientemente elevado como para evitar la xenofobia y el racismo.
No quiero restar en ningún caso importancia a un hecho delictivo, pero es indignante ver cómo éstos adquieren una importancia superior cuando son producidos por personas inmigrantes y desde luego esto debería ser algo a evitar por los medios de comunicación. Parte de la población adquiere más argumentos que añadir a su discurso de racismo, mientras que otra fracción está aprendiendo que todas las personas africanas, sudamericanas o procedentes de Europa del este vienen aquí a delinquir.
Estos factores van a producir que una vez más se refuercen los estigmas hacia un grupo que, viéndose marginado por un importante sector poblacional, tenderá a un aislamiento junto con otros individuos minoritarios que hará que veamos en nuestra población importantes niveles de segregación.
Gracias a personas que actúan incluso en contextos de gran dificultad (como es el de la madre del menor asesinado), existen pequeños atisbos de avance social que nos hacen tomar impulso para llevar a cabo nuestra labor social con más fuerza.


