Historia de vida realizada por Estela Medina Laso (Grado en Trabajo Social)
PRESENTAR AL ENTREVISTADO:
Viorela de 23 años, con nacionalidad rumana, vivió en Turnu Magurele, Rumanía hasta los 8 años. Actualmente vive en Tordesillas, Valladolid con su hermano Mihai y sus padres.
SITUAR LA HISTORIA:
Viorela emigró de Rumania a España. Rumanía se encuentra en ese momento (2005) ante el reto de su integración en la Unión europea, prevista para el año 2007. Conforme a los datos correspondientes a 2002, la economía rumana creció un 4,9% en dicho año, calculándose en un 4,8% el experimentado en 2003 y en 8,3% en 2004, debido sobre todo al sector de agricultura, que presentó un aumento del 22% respecto al año anterior. No obstante, la situación en España era mejor en cuanto a nivel social (mentalidad más abierta, mayor libertad de expresión, etc.) y, también en la parte del empleo y la economía.
La situación personal de Viorela y su familia no era mala, su padre tenía trabajo, su madre era ama de casa y se dedicaba a cuidar de Viorela y de su hermano. Sin embargo, buscaban una situación mejor para el futuro de sus hijos, que pudieran tener unos estudios y una formación adecuada. Por ello, la migración fue voluntaria.
EXPLICAR EL PROCESO MIGRATORIO:
El padre de Viorela fue el primero en migrar en el año 2003, ya que su hermano y su hermana se encontraban en España trabajando y tenían un puesto de trabajo para él con mejores condiciones que las de Rumanía. Lo hizo a través de un amigo, es decir, un conductor de autobuses que hacía viajes continuos de Rumania a España y viceversa.
Dos años después, en noviembre de 2005, Viorela vino a España con su hermano y su madre, debido a lo difícil que era la situación de estar separados de su padre, aunque en varias ocasiones a lo largo de esos dos años les visitó en Rumanía. Con la ayuda del conductor de autobuses y de los hermanos de su padre, prepararon todo lo necesario, papeles, pasaportes y documentación para a continuación realizar el viaje hacia España. El punto final del autobús era el pueblo de Medina del Campo y allí fue el padre de Viorela en compañía de su hermano a buscar a su familia y llevarlos a un piso en el que vivían en Tordesillas.
En un principio, solo iban a ser unos meses los que iban a estar en España. Sin embargo, decidieron quedarse debido a que su madre había encontrado también un trabajo en Tordesillas. Por lo tanto, decidieron arreglar los papeles y alquilar un piso para vivir ellos cuatro, donde estuvieron viviendo aproximadamente tres años hasta que pudieron comprarse uno.
Como curiosidad, no ha sido hasta marzo de este año que han conseguido la nacionalidad española.
Antes de llegar a España, Viorela y su familia no sabían nada del país excepto lo que les contaban los hermanos de su padre, que era todo bueno. Sin embargo, cuando llegaron las cosas no fueron tan fáciles como se esperaban y, aunque fueran pequeños, ambos se acuerdan con claridad de cómo fue.
Lo más duro del viaje fue la separación, sobre todo los dos primeros años en los que el migrante fue su padre y ellos tuvieron que quedarse en Rumanía. Viorela asegura que recuerda las lloreras de su hermano cada vez que su padre tenía que volver a España y fue por eso que sus padres decidieron estar todos juntos, ya fuera en España o en Rumania. Sin embargo, por la situación económica decidieron irse todos a España unos meses.
Otro de los grandes duelos, fue la separación de todas sus amistades de Rumanía, amigos de colegio, amigos de barrio, amigos de pueblo, así como del resto de la familia que se quedaba allí.
LA VIDA EN EL PAÍS DE DESTINO:
En cuanto a las dificultades, la más notoria fue el desconocimiento del idioma, así como de la cultura y la vida en un país totalmente ajeno a sus conocimientos, la moneda, lugares, supermercados, etc.
Otra de las dificultades que se encontraron fue la falta de recursos y la inexistencia de las ayudas para inmigrantes que tanto se mencionan y que una vez que llegaron a España, no obtuvieron. Sin embargo, Viorela menciona el programa de madrugadores que ofrecía el colegio al que iban (Pedro I) y bien las ayudas de los libros o ayudas de comedor escolar, pero obviamente eran ayudas a las que toda la población tenía acceso y no solamente ellos por ser extranjeros, al contrario de lo que mucha gente piensa.
En cuanto a las fortalezas, Viorela compara España con Rumania, no solo en el nivel socioeconómico, sino también en la calidad de algunos servicios, sobre todo destaca la Sanidad Pública de España, ya que en Rumanía no la tenían. También menciona la corrupción que hay allí, no solo del gobierno, sino también del cuerpo de policía.
Con respecto a la integración, Viorela la recuerda bastante dura desde todos los puntos de vista, tanto económicos como sociales, no solo para ella y su hermano como niños, sino también para sus padres. Alega que se les ponían muchas dificultades para el acceso a cualquier tipo de servicio debido a su nacionalidad y, sobre todo, a la imagen que tenía (y aún tiene) la sociedad española sobre Rumanía y sus ciudadanos. En conclusión, les costó bastante ganarse la confianza de las personas, hacer amigos y conseguir un trabajo digno con condiciones óptimas.
Lo más duro que recuerdan tanto Viorela como su familia fueron los episodios de racismo que sufrieron en el trabajo, colegio, las miradas de la gente cuando veían que no sabían hablar español correctamente, etc. Sin embargo, a día de hoy la integración es total, pero cabe mencionar que en España había mucho racismo, ya que los españoles pensaban que venían a quitarles el trabajo, pero como ya sabemos, al final se quedaban con trabajos menos remunerados que los españoles.
EL MITO DEL RETORNO:
Los primeros años, toda la familia volvía a Rumanía de vacaciones y pasaban allí un mes o dos de verano con su familia (abuelos, tíos, primos…). Además, cuando había alguna celebración a gran escala, también acudían, al igual que para la renovación de papeles antes de tener la nacionalidad española. Viorela recuerda que cuando volvían todo era felicidad y se pasaban el día visitando a amigos y familiares.
No obstante, desde que su abuela materna murió, solo han vuelto por fuerza mayor, como, por ejemplo, la renovación de papeles o alguna celebración importante como bodas, bautizos, etc. Su otra abuela vive actualmente en Tordesillas con uno de sus tíos. Por lo tanto, apenas les queda familia allí, solamente una tía y viejos amigos.
Anteriormente, sus padres querían volver a vivir a Rumanía, ya que siguen teniendo un piso en propiedad, pero Viorela y su hermano nunca quisieron volver, debido a que toda su vida se ha construido en España.
REFLEXIONES SOBRE SU EXPERIENCIA MIGRATORIA:
Tanto Viorela como su hermano aseguran que lo volverían a hacer una y mil veces, aunque en un principio no estuviera en sus manos, tienen claro que ha sido una decisión para llevar su vida a mejor, están muy contentos de estar donde están y por el momento, no tienen pensado volver a Rum


