Historia de vida realizada por Alba Gutiérrez Alfonso. (Estudiante del Grado en Trabajo Social)
Bledar Cami tiene 42 años, es de nacionalidad albanesa y antes de comenzar a contarme su historia de vida me ha dado todo su consentimiento para poner su nombre y sus datos.
Lo primero que me cuenta Bledar es que ha migrado en diferentes ocasiones a lo largo de su vida y a distintos países.
La primera migración que hizo fue de Albania a Grecia, en el año 1994, con 17 años. Emigró en los meses de verano (durante 3 meses) y los motivos que le empujaron a irse de su país fue buscar algo mejor, ya que vivía en un país que había sido comunista y dictatorial (hasta la muerte de Enver Hoxha en 1985, tras el cual le sucedió Ramiz Alia quién se mantuvo en el poder hasta 1992) en el que estaban privadas todas las libertades, no disponían de todo lo que querían los ciudadanos (“ni siquiera de toda la comida que deseabas”, me dice) y no podían optar a un trabajo digno.
Bledar decidió hablar con unos amigos para cruzar ilegalmente la frontera e irse a Grecia, los amigos le apoyaron y decidieron realizar “el plan”.
Así pues, salió de Albania sin que lo supiera nadie de su familia (“intentaba evitar que me prohibieran ir”, me explica). Cruzó ilegalmente las fronteras por medio de los montes, con la policía militar vigilando los movimientos ilegales que se producían. La primera noche los encontraron y comenzaron a disparar a matar, por lo que todos salieron corriendo, cuando Bledar se quiso dar cuenta se encontraba solo, este detalle me lo relata de la siguiente manera:
“Había perdido un zapato, y la única comida que tenía (ya que nos habíamos repartido lo que llevábamos entre todos los amigos) era café y tabaco, así que tuve que sobrevivir con ello durante 3 días y 3 noches, encontrándome por el camino tumbas de gente que había fracasado en la misma huida que yo estaba intentando. Dormí en los árboles por miedo a que me encontraran de nuevo. Pasados esos 3 días me encontré con otros 2 paisanos míos a los que no conocía y les pedí ir con ellos hasta llegar al pueblo griego más próximo. Tras aceptar y compartir conmigo la comida que llevaban, nos cruzamos con la mafia albanesa que nos robaron a punta de pistola las pocas pertenencias que teníamos en esos momentos. Al día siguiente conseguimos llegar al fin al primer pueblo de Grecia”.
Al llegar a Grecia para comenzar a hacer algo de dinero, Bledar hacía pulsos con la gente apostando para ganar, pero posteriormente consiguió trabajo recolectando tabaco durante 3 semanas. Tras eso, fue a otra ciudad más grande y trabajó en la recogida del melocotón otras 3 semanas, donde se encontró con algunos familiares y amigos albaneses. Al finalizar ese periodo de nuevo se movió a otra ciudad mayor para trabajar esta vez recolectando manzanas, pero estuvo esperando durante 2 semanas y al final no pudo ser, ya que se produjeron peleas territoriales con los búlgaros y tuvo que salir de ahí también; Después de aquello me dice que volvió a Grecia y me cuenta que una noche le sucedió la siguiente historieta:
“una noche en la que estábamos en un mercado, nos detuvo la policía y según nos llevaban en los coches, salió al camino el jefe de los gitanos de la zona y les dijo que trabajábamos para él, por lo que nos soltaron y estuvimos trabajando para él en la recogida del algodón durante 3 semanas”.
Después de todo esto el periodo vacacional de la escuela ya había terminado y tuvo que volver para continuar con sus estudios, por lo que retornó a Albania en autobús, ya que para volver no había ningún impedimento.
A pesar de que estuvo en Grecia, no aprendió griego, ya que continuamente estuvo con albaneses durante todo el proceso.
Las expectativas de esta migración no fueron cumplidas me dice, “ya que siempre piensas que vas a ir a un sitio mejor, pero no sospechas lo duro y complicado que será todo por el camino. Aunque al menos en Grecia se podía trabajar y ganar algo de dinero, a diferencia de mi país”.
La segunda migración que realizó fue igualmente de Albania a Grecia, en el año 1995, con 18 años, después de finalizar los estudios. Pero esta vez fue a Corfú, ya que una hermana suya vivía allí casada con un griego. El viaje lo realizó con su hermano mayor, y tanto su familia como sus amigos eran conscientes del viaje, a diferencia del anterior.
Su padre los llevó hasta la frontera con Grecia y allí los recogió su cuñado, pero la frontera la pasaron escondidos en el coche. Una vez allí, en la isla de Corfú, su hermana y su cuñado les ayudaron a hacer los papeles para que pudieran estar legalmente en el país, pero una de las consecuencias fue que tenían que estar 3 años sin poder viajar a su país de origen, es decir a Albania. Eso conllevó no ver a sus padres, ni resto de su familia que había dejado allí, ya que si salía no podría regresar.
En Corfú estuvo casi 13 años, en esos trece años estuvo desempeñando distintos trabajos, en la construcción, recolecta de aceituna, reparación motos, portero de discoteca, etc.
Las expectativas que tuvo Bledar de este viaje fueron muy distintas a las del viaje anterior, ya que contaba con el apoyo de su familia y había estado previamente en Grecia, por lo que conocía más o menos lo que se iba a encontrar. En este viaje aprendió el idioma y se integró en la sociedad, haciendo buenas amistades locales.
Durante esos 13 años conoció en el verano del 2007 a su actual mujer, española de nacionalidad, y fue lo que le llevó a realizar su siguiente migración.
La tercera migración la hizo de Grecia a Italia, esta vez ayudado por otra hermana y su marido que vivían en Italia. Ellos le ayudaron a realizar el cambio de papeles de Grecia a Italia para poder estar legalmente y ahí estuvo durante 6 meses trabajando en la construcción ayudando a su cuñado.
Los motivos de esta migración esta vez fueron para buscar un trabajo algo más estable y así poder viajar a España, que era donde estaba su pareja.
La cuarta y última migración la hizo desde Italia a España, ayudado esta vez por su pareja. Al llegar a España fue a la ciudad de Salamanca, donde comenzó trabajando en la agricultura y posteriormente en un gimnasio, de socorrista inicialmente y monitor de sala y profesor a posteriori. Todo esto mientras aprendía el idioma.
Actualmente trabaja en una empresa de informática dedicándose a sacar fotos por las calles de la ciudad, ya que la empresa trabaja conjuntamente con el catastro y el ayuntamiento. Vive en Salamanca con su mujer y su hijo y están a la espera de otro.
Para finalizar la historia me refiere lo siguiente:
“Este es el país en el que más arropado me he sentido y menos racismo he notado. La gente española tiene una manera de ser más abierta en general y que te hace sentir mejor.
Llevo hasta el momento 12 años en España, y mi vida hecha aquí, habiendo formado una familia y sin intenciones de regresar a mi país (aunque nunca sabes las vueltas que da la vida).
En la actualidad, si echo la vista atrás, no me arrepiento de nada, y aunque soy consciente de lo duro que fue, volvería a repetirlo, ya que creo que todas estas experiencias vitales son las que han forjado mi carácter y, en definitiva, me han hecho ser lo que hoy en día soy.
Digo habitualmente que yo ya soy extranjero en todos los sitios. Hace 24 años que abandoné mi país definitivamente, y aunque he vuelto en diferentes ocasiones de vacaciones, siento que ya no pertenezco allí, que los únicos vínculos que aún me unen a él son la familia que sigo teniendo allí. A pesar de ser patriota y llevar Albania en mi sangre, como dice mi suegro, “el buey es de donde pace, no de donde nace”, y siento que pertenezco más a España que a cualquier otro lugar, ya que, como he dicho anteriormente, mi vida la tengo hecha actualmente aquí.
Tras la historia de mi vida, no cabe otra manera de pensar, que espero que algún día desaparezcan todas las fronteras, ya que son inventos políticos con intereses económicos que coartan las libertades de la gente”.
