Historia de vida elaborada por Tamara García González (Estudiante del Grado en Trabajo Social).
La historia de vida elegida es la de mi abuelo materno, Emilio, un hombre español de 69 años, nacido en la localidad de Salamanca. Actualmente jubilado y casado con cuatro hijos.
En abril del año 1966 emigró de España a Suiza, a los 16 años, por motivos económico-laborales, ya que la empresa donde trabajaba, le ofrecía un contrato fijo como peón de construcción que incluía el alojamiento y las comidas correspondientes. No conocía nada del país, pero contaba con apoyo familiar ya que tres de sus hermanos se encontraban allí por motivos laborales. A pesar de esto, dejar a los demás familiares y amigos era un gran cambio debido a su corta edad. Narra que se adaptó muy bien en poco tiempo ya que las expectativas que tenía fueron favorables. Además, la gente de su entorno no ponía ningún impedimento y le ayudaba en todo lo posible.
Lo que más destaca del país son las buenas condiciones laborales y económicas en comparación con las de España en ese momento. También, el modo de vida ya que después de su jornada laboral junto con sus compañeros de trabajo podía disfrutar de su tiempo libre. En cuanto a las dificultades lo peor para él, fue aprender el idioma (Italiano). Asimismo, destacar que parte del dinero que reunía era enviado a los familiares de España.
Estuvo en Suiza unos 13 años trabajando, regresando cinco o seis días en ocasiones muy puntuales. En ese periodo de tiempo, tuvo que regresar a España para realizar la mili (17 meses), pero después de esto regresó de nuevo a trabajar.
A los 24 años se casó con una joven española que conoció en Suiza y tuvieron su primer hijo ya que los dos trabajaban allí en ese momento. Como dato curioso, su hermano se casó con la hermana de su mujer, es decir, ambos hermanos con las respectivas hermanas. A los pocos años, en 1979 regresaron a España donde ampliaron su familia y se instalaron en un pueblo de Salamanca donde viven actualmente.
Pero debido a que la situación empeoró económicamente tuvo que regresar durante dos años (en 1984) de nuevo a Suiza para trabajar y enviar dinero a su familia. En esa etapa lo peor fue separarse de su mujer y sus hasta entonces, tres hijos ya que sólo los pudo visitar una vez durante esos dos años. En ese momento el único objetivo era recaudar el máximo dinero posible para volver a España junto a su familia.
A pesar de las idas y venidas durante algunos de esos años, fue una migración voluntaria que volvería a repetir sin ninguna duda. Comenta que no cambiaría nada de lo que hizo. Lo recuerda como una experiencia que le abrió nuevas posibilidades, formar una familia, aprender un nuevo idioma, formar nuevos amigos y mejorar el nivel económico.


