Historia de vida elaborada por Lucía García de la Calle (Estudiante del Grado en Trabajo Social).
La historia narra la experiencia migratoria vivida por Diego y María, los cuáles tuvieron que cambiar su país de origen porque iban a tener una hija, Silvia. La niña nació el 22 de noviembre del año 1997 en Debica (Polonia) y lleva residiendo en España desde principios del año 2000, aunque sus padres tuvieron que trasladarse con anterioridad con el objetivo de conseguir recursos económicos
Diego y María eran novios desde muy jóvenes, ambos estudiantes y vivían en Debica, Polonia. María se quedó embarazada suponiendo un gran problema para ellos porque todavía no estaban casados, y este hecho estaba muy mal visto por sus familias. Al verse en esta situación, y contando con que económicamente no podían afrontarla, decidieron pedir ayuda a sus familiares. Toda su familia tampoco estaba económicamente bien, ya que en Polonia estaban afrontando una crisis, por lo que se empezaron a replantear irse a vivir a otro país en busca de un nuevo trabajo.
Entonces a mediados del año 1997, el marido de la hermana de la madre de Diego se puso en contacto con ellos, con el objetivo de ayudarles. El familiar se dedicaba a traer mercancía de Polonia a España en un autobús, y conocía a una persona que estaba trabajando en un pueblo de Segovia, así que Diego habló con él para ver si en este nuevo país podría insertarse laboralmente y cómo eran las condiciones.
Diego se enteró que en una empresa buscaban personal, así que decidió viajar en solitario a España durante un tiempo y ganar algo de dinero. La idea era estar unos meses trabajando en una fábrica de huevos, concretamente, su labor sería la de un reponedor de huevos y volver a su país de origen cuando hubiese ahorrado lo suficiente. Mientras, nació Silvia en Polonia, y su madre se encargó de ella hasta que cumplió los seis meses.
Cuando Silvia cumplió los seis meses, María se enteró que había trabajo en España, así que en ese momento decidió venir para trabajar (su padre cambió de trabajo a uno económicamente mejor) y por lo tanto, la madre de María se encargó de Silvia hasta que ella cumplió los tres años.
En ese momento, María se volvió a quedar embarazada de la futura hermana de Silvia, Claudia, así que llegó un momento de confusión para sus padres, ya que no sabían qué hacer, si volver a su país de origen con su familia o quedarse en España para iniciar una nueva vida. Estuvieron reflexionando sobre qué era mejor para su familia, así que Diego y María decidieron quedarse en España, ya que, iban a estar mejor económicamente y las condiciones en las cuáles estaban en España eran mejores que las de su país de origen.
Silvia seguía en Polonia junto a su abuela materna, así que sus padres se pusieron en contacto con la hermana de María, que cumplía dieciséis años y por lo tanto, podría viajar sola en avión, con el objetivo de que volase junto a Silvia hasta España.
Los apoyos que recibieron para que iniciaran este proceso migratorio siempre fueron los abuelos paternos. Sin embargo, los abuelos maternos no estaban a favor de esta decisión, pero cómo no tenían los medios suficientes para subsistir y pensaban que iba a ser por poco tiempo, se vieron en la obligación de apoyarles.
Para María y Diego, lo más duro del viaje fue dejar a su familia. También fue difícil para ellos el idioma español (porque no conocían muy bien la lengua), tampoco sabían la cultura que había, y además se enfrentaban al miedo que genera la nueva situación que vivirían. Fueron valientes al principio porque pensaban que era algo temporal, pero como les fue bien y las cosas en Polonia seguían sin ser demasiado buenas, decidieron quedarse.
Sin embargo, Diego supo desenvolverse bien, aprendió el idioma antes (a María le costó un poco más) y pudieron encontrar y mantener un trabajo con facilidad, además que el sueldo que obtenían era muy superior al que hubiesen ganado si se hubiesen quedado en su país de origen. Este hecho motivó a otros familiares de Silvia a viajar a España en busca de una nueva vida. Uno de ellos formó una familia en un pueblo muy cercano al de Diego y la hermana de María también se animó y encontró trabajo y piso al lado de la familia de Silvia.
Otra de las dificultades que encontraron, por ejemplo, fue a la hora de relacionarse con su familia polaca. En ese momento, no existía el acceso a internet con la facilidad que tenemos ahora y las llamadas telefónicas entre países eran caras, por lo que hablaban con sus familiares cada cierto tiempo.
Cuando Silvia aún vivía en Polonia y estaba a su cargo su abuela materna, solían recibir llamadas de Diego y María para ver cómo estaban las cosas. Sin embargo, Silvia nunca quería hablar con sus padres y esto les provocaba un poco de frustración. Otro problema fue el buscar piso, estuvieron viviendo de alquileres en diferentes pueblos de la provincia de Segovia y esto pudo afectar a la infancia de Silvia porque cambiaba de colegio cada cierto tiempo.
Actualmente no tienen la idea de regresar a Polonia ni Diego ni Silvia, porque aquí tienen la vida resuelta ya que se han adaptado bien aquí y han podido comprar un piso, lo que les supone más estabilidad. Su madre, María, sí que tiene la idea de volver a su país en un futuro porque quiere volver a vivir con su familia, no obstante, también está bien en España.
Están muy contentos con la decisión que tomaron y lo volverían hacer porque les salió bien, pero si esa situación hubiese sucedido ahora, no hubiesen hecho lo que hicieron porque las condiciones económicas en Polonia están mucho mejor, es decir, antes no veían otra solución y sus familiares tampoco podían ayudarles, y ahora sí que hubiesen podido colaborar con la familia de Diego, evitando así, la migración que realizaron en el año 1997. Cambiarían el hecho de haber estado tantos años alquilando pisos y haber intentado comprar uno directamente porque habría sido mejor inversión.


