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Blog dedicado al fenómeno migratorio y étnico
 

Historia de Mahmuda, joven saharaui en España

Historia de vida elaborada por Ana Martín Haedo (Estudiante del Grado en Trabajo Social).

Voy a presentaros a continuación a Mahmuda, tiene 16 años y es una niña nacida en los campamentos refugiados saharauis en Argelia. La situación en los campamentos de refugiados presenta una historia muy dura y necesaria de contar. Desde 1976, cuando Marruecos se anexionó el territorio, el Sahara Occidental ha estado dividido entre el ejército marroquí y el Frente Polisario, la guerrilla que lucha por la independencia Saharaui. Los campamentos de refugiados, en Tindouf (Argelia) donde viven al menos 100.000 saharauis, se instalaron “provisionalmente” hace ya más de 41 años. Los niños y niñas de estos campamentos viven desterrados en la frontera argelina, en una de las zonas más inhóspitas del desierto del Sahara. Las condiciones de vida son duras. La mayoría de la población vive en tiendas, sin agua corriente, y dependen casi totalmente de la ayuda internacional externa para subsistir, que ha ido decreciendo con los años. En estos campamentos existe una pobreza absoluta, no tienen medios sanitarios  y educativos suficientes, además de que soportan y sufren de las altas temperaturas que en verano llegan hasta los 50º C.

Mahmuda pertenece a una familia numerosa de 8 hijos, 2 varones y 6 mujeres. Todos ellos viven en estos campamentos de refugiados. Los dos mayores son los chicos, luego ella ocupa el 2º lugar de las chicas, dato muy importante, al no ser la mayor de las mujeres. Durante 4 años ha venido a España, concretamente a la provincia de Zamora con el programa Vacaciones en Paz, durante dos meses de verano con una familia de acogida. El objetivo de este programa es posibilitar a la población infantil de los campamentos de refugiados saharauis salir durante los dos meses de verano de las duras condiciones en las que viven allí.

Pero, a lo largo del 2018, Mahmuda empezó a tener problemas de ataques, mareos y dolores muy fuertes de cabeza. Su madre habló con la familia de acogida de España para ver si Mahmuda podía quedarse durante el curso 2018-2019 en España y así poder curarse. La familia de acogida de Mahmuda, a través de la Asociación Zamora con el Sahara, preparó toda la documentación para que pudiera quedarse en Zamora. Una vez allí, le escolarizan y fue vista por todos los especialistas médicos. Mahmuda comenta muy feliz, que por primera vez estudiaba en España. Era un centro donde estudiaban por proyectos y  menciona que el trato con los profesores y con los compañeros era excelente, pues le aceptaron y apoyaron mucho. Mahmuda tuvo que emigrar por motivos de salud y a la vez, cursar en España 3º de la ESO. Aclara que acabó sacando muy buenas notas, aunque al principio fuera muy duro, toda su familia de acogida le ayudó mucho.

La primera vez que Mahmuda llega a España con 10 años, no conocía ni el país ni a nadie. Llegó asustada ya que nunca había salido de los campamentos de refugiados. Al llegar a Zamora, les llevaron a todos los demás niños y a ella, a un sitio donde había muchas familias esperándolos a todos, pero recuerda que en ese momento estaba muy cansada y mareada del viaje tan largo, hasta había vomitado y llevaba más de 24 horas fuera de casa. Cuando vio a su familia de acogida, le dieron un beso y un abrazo, y a continuación, se fue con ellos. Recuerda el susto que se dio nada más entrar en el garaje viendo que bajaban a un sitio donde había muchos coches, y como después entraron al ascensor, donde se asustó aún más, dice que se acuerda como se encogió y se agarró porque no sabía qué era eso. Cuando llegaron a casa la metieron en la ducha y su madre de acogida le ayudó a ducharse, no entendía nada del idioma, solo recuerda cómo su madre de acogida le “achuchaba”, sonreía y le daba muchos besos. La familia de acogida intentó que comiese algo, pero rápido entendieron que Mahmuda, en esos momentos, solo necesitaba descansar.

Mahmuda menciona que la primera vez que viajó a España, lo más duro del viaje era, sin duda alguna, separarse de su familia por primera vez, con solo 10 años, pero ella sabía que solo eran dos meses, aunque sabía que las costumbres, familia, país, idioma, todo era diferente, pero que, por primera vez, se podría alejar del horrible y caluroso verano de los campamentos (más de 50 grados muchos días).  Cuando Mahmuda tuvo problemas de mareos y dolores y tuvo que venirse a España para curarse, comenta que lo más duro fue el estudiar en un idioma que aún no dominaba del todo, tuvo que estudiar mucho para poder sacar el curso con buenas notas.

Mahmuda comenta algunas de las  dificultades en el país de destino como el idioma (al que pronto se adaptó), acostumbrarse a una nueva familia, y al trato igualitario entre hombres y mujeres, donde todos hacían las mismas cosas. Mahmuda comenta que en su país de origen las mujeres no se relacionan con los hombres, no juegan con ellos, ni con sus propios hermanos, pues en su cultura aprenden, que ellos son superiores a las mujeres. Mahmuda reconoce que al principio le costó mucho el trato con los hombres, ellos intentaban acercarse a ella, darle besos y abrazos como lo hacían las mujeres, pero ella siempre se alejaba. Mahmuda afirma que con su padre, en los campamentos, tienen muy poca relación, pues él la mayor parte del tiempo está en el desierto y ella y sus hermanas con su madre en los campamentos.

Mahmuda explica muchas fortalezas del país de origen. Descubrió que en España, puede conseguir lo que quiera, que si estudiaba podía trabajar en un futuro en Europa o en el Sahara, que aquí no importaba si eras chica o chico, que aunque la familia de acogida es católica, respeta su religión, sus rezos, incluso el ramadán: comenta que lo hizo el año que estuvo estudiando aquí en España. Descubrir que las mujeres no son inferiores a los hombres y que la vida de una mujer no consiste en esperar a que te casen para tener muchos niños, sino que puedes elegir. Mahmuda dice que esto último sigue siendo muy difícil para ella, porque aunque España le gusta mucho, quiere mucho a su familia y le gusta ser Saharaui. Mahmuda comenta muy emocionada, y con lágrimas en los ojos, qué espera que algún día cambie la mentalidad del pueblo Saharaui y todas las mujeres tengan la libertad para elegir el futuro que realmente quieren para ellas.

Mahmuda volvió en Julio de 2019 a los campamentos, cuando acabó el curso en España, su intención era volver en Septiembre para seguir sus estudios, pero los papeles en Argelia son muy difíciles de conseguir y convencer a sus padres para poder volver, no era fácil. A su hermana mayor la habían casado y pronto iba a tener un niño, asique tenía la responsabilidad de ayudar. Mahmuda me dice con mucha ilusión que espera que, una vez pase este verano 2020, pueda tener ya los papeles y volver a España para terminar la ESO. A Mahmuda le encanta estudiar y le gustaría mucho llegar a ser profesora. Su familia de España le ayuda mucho y se siente muy a gusto con ellos.

Mahmuda confiesa que su experiencia migratoria ha sido increíble y que le encantaría repetir el año que pasó en España, y por supuesto, le encantaría volver a España para terminar de estudiar, aprender muchas cosas y luego poder trabajar. Además, le gustaría trabajar en España, porque se siente muy a gusto pero tampoco descarta volverse a los campamentos a trabajar y ayudar a los niños y a las familias.

A Mahmuda le gustaría mucho que su madre pudiese entender y ver la vida de aquí en España para que llegara a entender un mínimo del porqué ella es tan feliz aquí.

 

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