Singularidades de los perros (II)

5/08/14, 12:16

Hace un tiempo, estando en Suiza, tuve la suerte de encontrarme con un conocido perro San Bernardo, un icono de la fauna de la región. Admirar cara a cara a un San Bernardo es como beberse de una vez un litro de tila. Es imposible dejar de tener esa sensación de pachorra que emiten todos sus comportamientos.

Mucha gente cree que esta fantástica raza de perros llevan barriles de coñac atados al cuello para salvar a gente que se ha extraviado en la nieve, pero nada más lejos de la realidad, en realidad no llevan nada y mucho menos alcohol, ya que beber cualquier tipo de bebida alcohólica sería una de las perores decisiones que podríamos tomar en esa situación, el alcohol es una mala solución para tratar una hipotermia, aunque al principio podamos notar calor al beber, después sentiríamos más frío aún, ya que el alcohol es un vasodilatador.

Pero para lo que sí que son muy útiles los San Bernardos es como perros de rescate, ya que gracias a su fortaleza, gran cuerpo y amplio pecho, pueden abrirse camino entre la espesa nieve, además gracias a su olfato nos podrán llevar de regreso a casa aunque las condiciones meteorológicas sean muy adversas.

Se estima que la raza San Bernardo ha podido realizar alrededor de 3000 rescates desde el año 1.800, pero en los estos 40 años últimos, esta actividad ha desaparecido y los perros han sido sustituidos por helicópteros, ya que evidentemente son mucho más eficientes y rápidos a la hora de realizar un rescate.

Como dato curioso, diremos que aunque a los suizos les encantan los perros, incluso los veneran, paradójicamente, también son los únicos habitantes de Europa que comen perro, aunque es un fenómeno muy minoritario y aislado, hoy en día algunos suizos hacen embutidos, ahúman o salan a algunos perros, y la manteca de los animales se utilizan como remedio para calmar la tos.

 

Dato científico:

En teoría, un chihuahua toy que pese  menos de 1 kilogramo y de pocos centímetros de altura, puede aparearse con un dogo alemán, de 1 metro de alto, o con un San Bernardo que pese más de 70 kilogramos.

 

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