Necesidades alimenticias del perro

12/02/15, 15:05

Todos damos por hecho que cuando compramos un buen pienso del tipo Pienso Orijen o Royal Canin, nuestro perro va a estar bien alimentado, de hecho así suele ser, pero la realidad es que no sabemos leer bien los ingredientes que la marca nos proporciona, en este artículo intentaremos ver todas las sustancias necesarias para el correcto metabolismo de un perro, además, aquí os dejamos un enlace a una interesante guía del blog perrosysusrazas.com en el que nos podemos informar de las mejores marcas del mercado: pienso para perros.

Se miden en peso y calorías. Varían según el período de la vida del animal (crecimiento, mantenimiento, gestación, lactancia), según el tamaño del perro y curiosamente también, a igual peso, según la raza. Las necesidades alimenticias varían según el trabajo exigido al animal, pues, lógicamente, un perro de pastor necesita mayor alimentación que el guardián de una casa.

La aportación de energía debida a las calorías es importante, pues si no se respeta con la aportación de ciertos elementos, entraña el empleo de otros que ya no realizan sus funciones esenciales.

NECESIDADES CUALITATIVAS:

Indispensables también para el progresivo crecimiento del animal y para su mantenimiento, comprenden:

Proteínas. En la síntesis de las proteínas entran veintidós aminoácidos. Algunos pueden ser elaborados en el intestino del perro, pero diez de ellos los debe aportar la alimentación. Los aminoácidos indispensables son: arginina, histidina, leucina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano, valina.

Las proteínas que contienen estos aminoácidos son las llamadas completas. Estas proteínas completas se encuentran principalmente en los huevos, la carne, la soja y la leche. Claro que también es posible preparar alimentos completos con fuentes de proteínas incompletas que se compensen unas con otras.

Las necesidades proteínicas son más elevadas durante el crecimiento: un joven lactante necesita 5 g por kilogramo de peso vivo, mientras que sus necesidades pasan a 1,4 g a las doce semanas. Se calcula aproximadamente en un 20 °0 la cantidad de proteínas necesaria para equilibrar una ración. Cuanta mayor calidad tenga la proteína, mejor se la asimila. En una ración normal se utilizan al completo del 70 al 80 % de las proteínas. La desnutrición de un perro procede de un mal equilibrio entre los productos calóricos y los productos proteínicos. Si hay deficiencia en calorías, las proteínas dejan de dedicarse a su actividad principal de construir el cuerpo para dar

La energía calórica necesaria para su mantenimiento.

Hidratos de carbono. Compuestos de oxígeno, hidrógeno y carbono, sirven, sobre todo, como proveedores de calorías. Se encuentran principalmente en los azúcares, almidones y féculas y se les utiliza normalmente en forma de harinas en los alimentos preparados. Por su riqueza en calorías, los hidratos de carbono tomados en exceso representan un peligro para animales faltos de ejercicio y son a veces responsables de casos de obesidad, bastante frecuentes en los perros de ciudad. Estos hidratos de carbono se incorporan al régimen alimenticio del animal a razón de 50 a 60 % aproximadamente.

No debe olvidarse la celulosa que facilita la digestión y evita las diarreas frecuentes en los animales sedentarios. No olvidemos, en fin, que el exceso de lactosa actúa de forma diferente a la de los demás azúcares sobre el tracto digestivo del perro y puede provocarle trastornos intestinales (diarreas).

Grasas. Son indispensables para el desarrollo de un hermoso pelaje y de una piel flexible y sana. Representan también una aportación concentrada de calorías y son abundantes en las carnes grasas.

En el caso de alimentos preparados (botes de alimentación en seco) la proporción de grasas debe ser particularmente adecuada pues la presencia de ácidos grasos no saturados (aceite de hígado de bacalao, aceite de soja) entraña una oxidación y la destrucción de las vitaminas A y E. Como ocurre con los hidratos de carbono, el exceso de grasa produce obesidad y también puede causar trastornos cardiovasculares.

Se considera que para el crecimiento y mantenimiento bastan raciones que contengan de 5 a 12 % de grasas. Señalemos, sin embargo, que, experimentalmente, se ha alimentado a animales con composiciones de hasta un 40 % de grasa sin que se hayan presentado trastornos especiales. Ello ha sido posible a condición, evidentemente, de equilibrar el régimen en proteínas y, sobre todo, en hidratos de carbono.

Sustancias minerales. Son de importancia vital para el perro y agrupan los elementos siguientes: cobre, potasio, magnesio, sodio, cloro, yodo, cobalto, zinc y manganeso.

La relación fósforo calcio debe ser de 1,2:1, es decir, que una ración con 1 % de calcio y 0,8 °0 de fósforo será suficiente para asegurar el crecimiento y la manutención. Esta es la ración establecida para el crecimiento de los jóvenes. Puede parecer excesiva para un adulto, pero no le acarreará ningún trastorno. El hierro y el cobre son esenciales como agentes antianémicos: hierro, 1,2 mg por kilogramo de peso vivo, cobre 0,15 mg. En general, los elementos que componen las raciones contienen los minerales suficientes para garantizar la buena salud del animal por lo que no es necesario añadirles nada.

Vitaminas. Su papel es bien conocido y se las considera cada vez más importantes. Algunas deben estar pesentes en la alimentación, otras, como la vitamina K y la vitamina C, son sintetizadas normalmente por la flora intestinal y su aportación a la alimentación sólo es necesaria en casos de trastornos generales, como, por ejemplo, cuando se produzcan hemorragias, heridas, enfermedades infecciosas.

Subrayemos también la importancia de las antivitaminas que pueden hacer peligrar una alimentación bien equilibrada. Estas sustancias pueden destruir las vitaminas, como la enzima encontrada en el pescado crudo que destruye la vitamina B] o inhibir químicamente la vitamina haciéndola inasimilable (por ejemplo, la avidina de la clara de huevo crudo).

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