Ayer recibimos probablemente la clase más divertida y desafiante que he tenido en los últimos años, teníamos una hora para encontrar un antídoto para la contaminación del agua de Salamanca. Un objetivo noble sin duda, y una puesta en escena impecable. Para conseguirlo debíamos resolver seis enigmas (desde física hasta pedagogía) que abrían seis candados digitales que nos daban acceso a dicho antídoto, pero no quedaba ahí la cosa, pues los elementos para resolverlos (vasos, pajitas, cucharas, papeles…) estaban escondidos a lo largo y ancho de un aula, y a conciencia he de añadir. Costo un poco más de lo esperado y quizá no llegamos a resolver todos pero la verdad es que nos lo pasamos genial desde el trabajo en equipo, la coordinación y la aplicación de las diferentes inteligencias que poseemos, todo ello aprendiendo a trabajar bajo la presión de un cronómetro que no tregua. Por ello las scape rooms o los break outs es una manera divertida de llevar lo explicado en el aula a la práctica, combinándolo con habilidades de gestión de tiempo, trabajo en equipo, trabajo bajo presión etc, por lo que constituyen una manera de dar una clase muy completa y que nuestros alumnos sin duda agradecerán y recordarán.
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