La rúbrica aporta una visión objetiva a la hora de evaluar una actividad. Esto permite que si la rúbrica se entrega previamente a los alumnos estos sepan exactamente que se les va a evaluar y cómo, guiándoles hacia lo que el profesor espera de ellos. Además en caso de realizar una heteroevaluación (el profesor corrige, la evaluación tradicional) ayuda al docente a mantener la objetividad en los criterios, facilitándole mucho el trabajo a la hora de corregir.
Además si se pretende realizar una coevaluación (los alumnos evalúan a otros alumnos) o una autoevaluación, una rúbrica ayudará a los alumnos a saber qué buscar a la hora de corregir, clarificándoles el trabajo y pudiendo ellos mismos darse cuenta de sus propios errores. Además se elimina el factor subjetivo de la coevaluación (como me cae el compañero al que me ha tocado corregir), ya que una rúbrica bien diseñada aporta correcciones puramente objetivas, sin dejar espacio a la subjetividad o a la interpretación.
A continuación añado una rúbrica diseñada por mi compañera Lucía Tardáguila y yo mismo, para evaluar una exposición de un experimento que los alumnos deben exponer en clase relacionado con una parte del temario de la asignatura (haga click en la imagen para ampliar).
Aún no hay comentarios.