Los deberes, ese elemento de la educación que tanto divide al profesorado. ¿Se deben mandar deberes o no? ¿Si se mandan deben ser obligatorios? Este debate lo hemos tenido hoy en clase y la verdad es que no hemos llegado a ninguna conclusión. Hay argumentos para todas las posiciones, todos respetables y razonables pero al final es decisión de cada profesor como maneja este elemento.
Por un lado se puede decir que los deberes van en contra de la personalización de la educación, cada alumno tiene unas necesidades y ritmos de aprendizaje y si se mandan los mismos deberes a todos no se atiende a esa diversidad. Además pueden ser discriminatorios ya que dependerán de si los padres pueden y quieren o no ayudar a sus hijos en casa. Además se puede dar el fenómeno de que los profesores no midan bien y sobrecarguen a los alumnos de trabajo entre todas las asignaturas.
Por otro lado tenemos los argumentos a favor: Los deberes son necesarios para reforzar lo explicado en clase, se fomenta la cultura del esfuerzo y del trabajo contínuo y ayudan a los alumnos a aprender a gestionar su tiempo por ellos mismos, ayudando así al proceso de maduración.
En mi caso estoy completamente en contra de los deberes en primaria, pienso que se debe dejar a los niños ser niños. Sin embargo en secundaria creo que se les deben introducir progresivamente y de manera coordinada entre todas las asignaturas para no sobrecargar, y si fuese posible mandarlos de manera semanal para que los alumnos puedan organizar su tiempo como mejor les convenga. Creo que sí que son necesarios para que aprendan a trabajar de manera autónoma, educarlos en una cultura del esfuerzo y afianzar los conocimientos adquiridos en clase.
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