Del libro que ha caído en mis manos, recomendación del Príncipe de Asturias D. Amable Liñán, académico de la Real Academia de Ciencias me quedo con una frase para desarrollar la siguiente entrada en BINDusal, “la lectura matemática de la naturaleza”; esta proposición transmite la idea que ronda mi cabeza sobre la implicación común de ciencias diversas para llega a un fin, pueda llamarse ingeniería Industrial. Todas las ciencias o procesos demostrables puedan ser ciencias de base, ciencias implícitas, ciencias transversales entrelazan sus círculos para crear uno más. Así es como de nuevo utilizo una cita de la contracubierta del libro recomendado, “…los estudios anteriores suelen presentar a la mecánica de los fluidos desde el punto de vista de la matemática, aquí se la complementa con una visión desde la ingeniería, recogiéndose los intentos que se hicieron ya en sus inicios para ver si la teoría era capaz de una aplicación fructífera en el terreno de la práctica”.
¿Y qué si no ha llegado a ser, hoy, la ingeniería industrial si no lógica, práctica, cadena, soluciones…?
Con esta línea de razonamiento en mente la intención es una introducción a la mecánica de los fluidos, rama de la física que ayuda a entender, a tratar y dar aplicación en otras ciencias, a groso modo, el que su estado, el estado de un fluido, carezca de forma definida.
Encuentro lo que puede ser una contradicción con la primera acepción encontrada en google para fluido, “… [sustancia que] fluye, corre o se adapta con facilidad”. Al leer esta definición tengo la sensación de que sea un fluido algo fácil, manejable o sin objeciones, aunque realmente los límites de su comportamiento los encontramos en las fórmulas matemáticas de Euler.
Hago humilde eco a la aportación de D. Amable Liñán en su aportación al tercer centenario de la celebración en 2007 para recordar a Euler y sus trabajos, “la segunda de las leyes de Newton iguala la variación de la cantidad de movimiento de un cuerpo a la resultante de las fuerzas exteriores que actúan sobre el mismo”, “Newton comprendía que las fuerzas de interacción entre [las partículas] que los formaban les proporcionaba una cohesión que determina su dinámica”. Desde este punto deberíamos encontrar soluciones para “calcular la resistencia que ofrecía un líquido al movimiento relativo de los cuerpos sumergidos en el mismo” o para la “descarga de líquido de un depósito bajo la acción de las fuerzas gravitatorias”. Euler fue quién encuentra sentido con la lógica de la matemática a estas cuestiones, trasladando la segunda ley de Newton a la conocida hoy mecánica de fluidos.
Hoy, los procesos industriales tienen muy en cuenta la mecánica de fluidos en aplicaciones diversas como ingeniería petrolífera, ingeniería química, transformación de la energía…ya que en la ingeniería industrial una considerable parte de la transmisión de la materia, fuerza y energía se realiza mediante el movimiento de fluidos.
Del libro que ha caído en mis manos tenemos una copia en la biblioteca de la Escuela Técnica superior de Ingenieros Industriales de la Universidad de Salamanca en Béjar, en la sección de lectura. Justo debajo de este artículo tenéis la referencia junto con el artículo escrito por el Profesor universitario D. Amable Liñán, La Biblioteca de aeronáutica de la UPM realizó un trabajo maravilloso al digitalizar cada papel escrito por este creador científico y sacarlos en abierto para todos en su repositorio dentro de la colección “Cream of Sciences”.
Referencias:
Liñan, Amable. Las ecuaciones de Euler de la mecánica de fluidos [Recurso en línea]. http://oa.upm.es/2101/2/LINAN_CL_2009_01a.pdf . [Consulta 11/11/2016].
Simón Calero. La génesis de la mecánica de fluidos. Madrid : UNED, 1996.
Cream of Sciences. [Recurso en línea OA]. http://oa.upm.es/creamofscience/ . Madrid : UPM, 2009- [Consulta 11/11/2009].