A partir de 1902
A comienzos del siglo XX la Escuela estrena nuevas instalaciones en el Convento de San Francisco tal como informa el cartel en la entrada del convento hoy día.
La nueva etapa para la enseñanza técnica comienza con la publicación del Real Decreto de 17 de agosto de 1902 donde leemos en el artículo 1º: “Los actuales Institutos de Segunda enseñanza tendrán, desde la publicación de este decreto, el nombre de Institutos generales y técnicos”, y en ellos se dará las siguientes enseñanzas… [Y en el punto 4] 4º. Estudios elementales de Industria”. Estos estudios serán ofertados en las Escuelas Superiores de Industrias y como señala el artículo 49, Béjar será uno de los lugares elegidos con este propósito.
En el Archivo del Ayuntamiento de Béjar puede leerse, hoy, el semanario original “La Victoria” de Béjar que reproduce en parte este Real Decreto en su número del 4 de octubre de 1902. En este semanario podemos encontrar información sobre las visitas al Centro del Ministro de Educación, Romanones y las del Rector de la Universidad de salamanca, Unamuno. Este último estuvo presente a comienzos de curso en la mayoría de las inauguraciones de principios de siglo.
Primeras décadas del siglo XX
Los primeros años del siglo XX fueron años de tranquilidad para la enseñanza técnica en Béjar.
La fuente de información principal para los siguientes párrafos es el diario oficial del estado, bien la Gaceta o el BOE, así como el archivo de documentos históricos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales.
En este recorte de la Gaceta en 1903 podemos leer que la entonces “Escuela Superior de Industrias de Béjar”, dependiente del Ministerio de Instrucción Pública, conocía su mejor momento con instalaciones adecuadas y con un gran número de alumnos. Por lo que se le concede ofrecer además de los estudios de mecánica, química y manufactura, el título como electricista.
Podemos ver en la Gaceta de 1 de abril de 1909 que pasa a denominarse Escuela de Artes Industriales de Béjar dependiente del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes.
Y a partir de 1910 tendrá un nuevo nombre, “Escuela de Industriales”, como leemos en un nuevo documento de 1914.
Fueron años sin problemas que tuvieron que lidiar con las batallas habituales de un centro de enseñanza superior, concursos, plazas vacantes, recomendaciones, nombramientos, ciertas compras precisas u oposiciones como la que vemos a continuación:
Oposición para profesor numerario de máquinas de vapor y motores hidráulicos de gas y aire comprimido, dotada con un sueldo anual de 3000 pesetas, unos 18 euros actuales. Para este caso habría cuatro exámenes, tres de ellos con temas habidos en sorteo.
El siguiente recorte es la autorización para comprar una máquina de vapor vertical en 1904.
Las mejoras también son apreciables en el programa de estudios que comenzaron a ser mucho más técnicos. En el periodo anterior las asignaturas impartidas se limitaban a Física, Aritmética y Dibujo. En este momento se incorporan materias como Inglés, Mecánica, Electroquímica y Química de Materiales.
Un protagonista para muchos desconocido
Hoy, un centenario después, la memoria de muchos guardas el recuerdo de protagonistas de la Escuela de entonces. Pero ahora conoceremos a un personaje con mucha probabilidad desconocido. De D. José Alvarado Crovetto nos llegan noticias en las Gacetas a partir de 1927. Crovetto fue una de las seis personas que presentan solicitud para adquirir la plaza de profesor especial de francés en Béjar, su sueldo sería de 1000 pesetas anuales. Entre todos fue el que tuvo más méritos, había sido profesor de francés desde 1915. Nuestro personaje, no sabemos la razón, decidió pedir dos licencias para poder postergar su incorporación. Parece que meses después su situación no había cambiado y decide solicitar una excedencia a lo que el director no se opone. De esta forma nos enteramos que la plantilla de profesores la formaban dos grupos distintos, la de los profesores industriales y la de profesores auxiliares y de taller; pero no así los profesores especiales de idioma. Esta la razón por la queda desestimada su solicitud de excedencia, por tanto, en la Gaceta del 13 de noviembre de 1927 Alvarado Crovetto es declarado incurso. Por último, sabemos que la plaza queda vacante a 26 de enero de 1928. Sobre la actividad de D. J. Alvarado Crovetto sigue habiendo informaciones en Málaga alrededor de 1940.
Título: Remontada tras tiempos difíciles
El devenir histórico de nuestro país no olvidó a Béjar. Por informaciones de La Gaceta conocemos a los primeros profesores separados definitivamente de su trabajo.
Tras este difícil periodo y a partir de 1941 el Director de la “Escuela Elemental y Superior de Trabajo” es Gómez Rodulfo, a quien se le indican una serie de objetivos a llevar a cabo, tales como:
Establecer un sistema de clases nocturnas, reformar el plan de enseñanzas según la realidad industrial de Béjar, vigilar la conducta del personal docente, establecer un régimen de estímulo a los alumnos más destacados, ofrecer a los empresarios información sobre asistencia y progresos de los obreros que tuvieran reducción de jornada para asistir a clases (9).
Una vez en marcha la remontada, la intención es construir un edificio de nueva planta en 1943. Una Orden de 23 de junio de 1945 restablece la Escuela de Peritos de Béjar, donde se estudiaría por primer año peritaje textil, ubicada en el lugar que hoy ocupa el Instituto “Ciudad de Béjar”. Sus estancias, más de 75 años después, conservan el espíritu que comparte la enseñanza industrial en esta localidad.
Obras del edificio frente al Parque Municipal de la Corredera tras su aprobación en 1943. (A)
Edificio original a mediados del siglo XX (A)
Entrada
Salón de actos
Biblioteca original (A)
Antiguo mobiliario de la Escuela Superior de Trabajo que hoy aún se conserva (A)
