Más antes que después la Universidad tiene que renovar su reglamente, que tengo entendido que remonta a 1958, para enfrentarse a la creciente ola de fraude en exámenes y trabajos.
El año pasado intenté que mis alumnos realizaran pequeños trabajos sobre cuestiones que habíamos abordado en clase. Meramente aplicar a una lectura la teoría que tenían en los apuntes. Casi un 30% plagió de fuentes diversas y otro tanto simplemente alteró mínimamente ideas ajenas, sin citar su procedencia.
Este año, ayer, he pillado a un alumno con los apuntes de clase encima de la mesa. Cuando le he retirado el examen y le he indicado dónde estaba la puerta, su comentario ha sido que cuándo le daba otra oportunidad … Supongo que para perfeccionar el sistema de copia.
Es urgente, como se hace en las Universidades alemanas y estadounidenses, que el alumno firme un compromiso de respeto a la propiedad intelectual el primer año que se matricula, en el cual se le advierte de la expulsión inmediata con expediente por un fraude de estos.
Si queremos una Universidad de calidad y prestigiosa hay que cercenar estos comportamientos en alumnos o profesores, caiga quien caiga.
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