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Herencias, donaciones y participación laboral: más allá de la conjetura de Carnegie

En economía laboral hay un viejo tema conocido como la conjetura de Carnegie. Andrew Carnegie fue un industrial norteamericano del siglo XIX que dedicó una parte de su inmensa fortuna a finalidades filantrópicas. Carnegie estaba en contra de dejar grandes herencias a los hijos, pues consideraba que los grandes legados familiares desincentivaban el esfuerzo de los hijos. Diría que en castellano existe un dicho que refleja muy bien esa idea: “la primera generación, banqueros; la segunda, caballeros, y la tercera, pordioseros”.

La cuestión es que la conjetura de Carnegie puede contrastarse empíricamente. Recogiendo datos de transferencias de riqueza (pues eso es una herencia, una transferencia de riqueza entre generaciones) y de participación laboral, puede estimarse si efectivamente esas transferencias de riqueza afectan negativamente a la oferta laboral. Este objetivo es el que nos hemos planteado mi colega (y, sin embargo, amigo) Dario Sciulli y yo en nuestro artículo recién publicado “Wealth transfers and labour supply: impact of inheritances and gifts by gender in Europe”, International Journal of Manpower (PDF: https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/IJM-09-2020-0425/full/html).

Tal vez, lo más novedoso del trabajo es que no solo incluimos las herencias, sino también las donaciones, que son transferencias de riqueza “inter vivos”. En muchas ocasiones, se tratan ambos tipos de transferencias de riqueza como equivalentes, pero trabajos previos (Poterba 2001, McGarry 2013, por ejemplo) muestran que no son sustitutivos perfectos, por lo que podrían tener efectos diferentes sobre la oferta de trabajo.

Un problema al que hay que enfrentarse siempre en este tipo de estimaciones es que las transferencias de riqueza esperadas no permiten detectar cambios en el comportamiento laboral. Si damos por seguro que recibiremos una herencia en el futuro, adaptamos nuestro comportamiento presente a ese hecho futuro esperado, de manera que, cuando sucede, no se observan cambios. Para tener en cuenta esta cuestión, usamos el tipo de donante o causante (de la familia o no) para diferenciar el grado de anticipación de la transferencia de riqueza. Las no anticipadas tiene un efecto negativo sobre la probabilidad de participación laboral, con un mayor impacto para las donaciones que para las herencias. Esto es muy interesante y hay que reconocer que un tanto sorprendente, pues estamos acostumbrados a pensar que las herencias son de una cuantía muy importante pero las donaciones no. Ahora bien, las donaciones “inter vivos” son de cuantías y frecuencias mayores de lo que se suele pensar. En el artículo, ofrecemos datos sobre esta cuestión.

No obstante, hay que ser precavidos a la hora de interpretar el mayor efecto negativo estimado para las donaciones en comparación con las herencias: la estimación del efecto de las donaciones es bastante menos precisa. Dicho con otras palabras, nos vamos más allá de los niveles habituales de significatividad estadística. Con todo, el tamaño medio del efecto parece bastante estable.

Este resultado me sugiere una reflexión muy personal: en países con elevada esperanza de vida parece lógico que las donaciones tomen (al menos parcialmente) el relevo de las herencias si realmente existe el deseo de ayudar a las generaciones más jóvenes. En otro caso, la herencia les llega “demasiado tarde” para ser una ayuda efectiva. Esto va bastante más allá de lo que está en el artículo, pero es sugerente para un análisis futuro.

Otro aspecto que consideramos de gran interés en nuestro artículo es que hacemos estimaciones separadas para hombres y para mujeres. Los efectos estimados son mayores para las mujeres que para los hombres. Esto es acorde con un vínculo más débil de las mujeres con el mercado de trabajo en promedio, pero también es coherente con que las mujeres podrían usar herencias o donaciones para dejar el mercado de trabajo y dedicarse a cuidados, cosa que no pasa con los hombres. Esto abre la puerta a que la vieja conjetura de Carnegie (las herencias crean hijos vagos) tal vez sea un “me retiro para cuidar a otros” concentrado en mujeres. Ha sido difícil encontrar estimaciones previas del efecto de las herencias separadas por sexo. A veces está la variable sexo como control sin más y otras ni se incluye en las tablas. Así pues, estamos aquí en un terreno muy poco explorado y que puede ser prometedor para profundizar con datos más ricos que incluyan información sobre tareas domésticas, cuidado de otros miembros del hogar y de la familia (nietos, por ejemplo), etc.

Por último, señalar que también hemos confirmado resultados previos ya conocidos y muy intuitivos: las transferencias no esperadas de riqueza favorecen la jubilación anticipada a edades altas y cuanto más bajo es el nivel educativo. No nos hemos detenido en analizar el efecto de las transferencias de riqueza sobre la probabilidad de convertirse en autoempleado, pues es un tema más estudiado. Los interesados en el tema de la influencia sobre el autoempleo pueden encontrar algunas referencias útiles en la revisión de la literatura previa que hacemos.

Para terminar algunos detalles técnicos de interés. Por un lado, usamos datos homogéneos de 14 países de la UE incluidos en la “Household Finance and Consumption Survey” para el año 2014. La información sobre herencias y regalos proviene de preguntas retrospectivas, así que usamos variables instrumentales y 2SLS (sí, hemos sufrido mucho…)

Una precisión final: no es un trabajo sobre los efectos de los impuestos en las herencias y en las donaciones, que es algo que interesa a mucha gente (incluidos nosotros). Este es el primer artículo trabajo que Dario y yo hacemos sobre transferencias de riqueza. Habrá más.

 

malo
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