El intercambio de información, cada vez más grande y con medios de comunicación muy diversificados, debería preocupar las empresas en lo que se refiere a la confidencialidad de su información. En efecto, Iron Mountain y AIIM hicieron un estudio para subrayar el hecho de que una de cada diez empresas sea incapaz de controlar tipos de información bien asentados, como el correo electrónico, los datos de clientes y el contenido público en su sitio web. La libertad y la facilidad de comunicación que permiten las TICs son un verdadero peligro para las empresas y esas tienen que tomar consciencia del poder de Internet o de esos medios de comunicación en términos de seguridad.
Así, con un número cada vez más grande de plataformas para compartir archivos o para el trabajo colaborativo, las empresas deben estar muy rigurosas en la elección de la herramienta que van a utilizar y enfocarse en la seguridad y la confidencialidad de los datos entrados. Es por eso que, en nuestros días, lo más recomendable seria tener un responsable de gestión de las TICs, o sea del contenido en mensajería instantánea, móvil, redes sociales e intercambio de contenidos en la nube. Otra recomendación seria la monitorización de los datos para controlar la información que circula.
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