En la educación sexual integral existen muchos temas que deben ser abordados desde una temprana edad, para así proporcionar a los menores de edad el conocimiento necesario que les permita identificar actitudes sexualmente inadecuadas, que pueden poner en riesgo su integridad física. Uno de estos temas es el sexo consensuado.

Según estadísticas del Centro Nacional de Recursos sobre Violencia Sexual de los Estados Unidos, conocido por las siglas en inglés NSVRC, entre el 20% y el 25% de las mujeres universitarias, y el 15% de los hombres universitarios, son víctimas de sexo no consensuado durante su etapa universitaria.

Además, al menos un 27% de mujeres universitarias han reportado haber sido víctimas de diferentes tipos de contacto sexual sin consentimiento.

Este tipo de cifras demuestra la necesidad de profundizar los conocimientos en cuanto a temas de sexo consensuado en la educación sexual que se brinda a tempranas edades en las escuelas, con el principal propósito de dotar a los niños y niñas con información útil que les permita prevenir un caso de abuso sexual del que puedan ser víctimas.

¿Qué es el sexo consensuado?

Para comprender muy bien lo que significa el sexo consensuado, primero es importante conocer el significado del término “consentimiento”.  Según la organización Rape, Abuse & Incest National Network (RAINN), el consentimiento se define como un acuerdo entre dos individuos para llevar a cabo alguna acción, en la que ambas partes estén de acuerdo en realizar.

Por ejemplo, si una persona le pide a otra utilizar su teléfono celular para realizar una llamada, y esta última acepta, le estaría dando su consentimiento para manejar su dispositivo móvil. Básicamente se trata de una acción que se pone en práctica a diario, en diferentes contextos y en todo tipo de relaciones sociales cuando se accede a algún pedido o propuesta.

Ahora bien, en el ámbito de la sexualidad, el consentimiento es un concepto muy importante que puede ayudar a diferenciar las relaciones sexuales sanas y seguras, de posibles casos de violación y abuso sexual.

El sexo consensuado es el término que identifica a la acción en la que una persona acepta voluntariamente el llevar a cabo relaciones sexuales con otra, sin ser forzado u obligado a realizar el acto sexual. Cuando no existe consentimiento en una relación sexual, se habla de abuso o violencia sexual.

¿Cómo se caracteriza el sexo consensuado?

Existen diferentes características que pueden ayudar a identificar el consentimiento en las relaciones sexuales, las cuales permiten identificar si una persona realmente ha accedido a llevar a cabo un encuentro sexual con otra.

En este sentido, el sexo consensuado debe ser:

• Libre. El consentimiento en una relación sexual debe ser una decisión completamente voluntaria y libre para cada una de las partes. Es importante tener en cuenta que el hecho de guardar silencio ante una propuesta sexual, o no responder con un claro “no”, no equivale a consentir el encuentro sexual.

• Informado. Para que exista consentimiento en un encuentro sexual, es importante que las personas involucradas en el acto estén conscientes de las actividades que se realizarán, para así tomar una decisión segura. El hecho de mentirle a una persona sobre otras intenciones al momento de mantener una relación sexual, o incluso ocultar información, puede calificarse como sexo no consensuado.

• Claro. El sexo consensuado se manifiesta cuando una persona, mayor de edad, acepta a mantener relaciones sexuales a través de un claro “sí”. No se debe tomar palabras como “no sé”, “quizás”, “probablemente”, etc., como un consentimiento sexual.

• Concreto. El hecho de que una persona brinde su consentimiento para realizar alguna acción concreta, como por ejemplo un beso, no significa que esté dispuesta a realizar otras actividades como un encuentro sexual. El preguntar antes de realizar cualquier otra actividad, siempre será una buena decisión.

• Reversible. Si una persona brinda su consentimiento para mantener relaciones sexuales con otra, no significa que no pueda retractarse. Cualquier individuo tiene el derecho de detener un encuentro sexual y revocar su consentimiento.

Es importante tener en cuenta que el sexo consensuado no se trata de un contrato firmado entre las personas involucradas en el acto sexual, pero sí debe existir una comunicación clara y honesta, para así llevar a cabo un encuentro sano y seguro.

¿Por qué es importante hablar de sexo consensuado en la educación sexual infantil?

El principal objetivo de la educación sexual infantil es permitir que los menores de edad aprendan a identificar los diferentes conceptos relacionados con la sexualidad humana, para así evitar que puedan ser víctimas de casos de abuso o violencia que puedan interrumpir abruptamente su infancia.

En un estudio realizado por el Sistema de Vigilancia de Conducta de Riesgo Juvenil de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en el que se encuestó a un grupo de 7.739 hombres de entre 15 y 24 años de edad, uno de los resultados sugirió que al menos el 7,6% de los encuestados reportaron haber tenido una relación sexual antes de cumplir los 13 años.

De este 7,6%, el 8,5% describió ese primer encuentro sexual como “no deseado”, el 37% reportó haber tenido sentimientos encontrados y el 54,6% lo describió como “deseado”.

En este sentido, el sexo consensuado es un tema importante que les permite a los niños y niñas, en edad escolar, conocer cómo se deben establecer límites ante una situación en la que se les persuada para llevar a cabo acciones sexuales en contra de su voluntad, ya sea en un futuro o incluso en su etapa infantil.