Tal y como se veía en las entradas anteriores, el fortalecimiento del marco regulador y jurídico en la Unión Europea se presenta como idea fundamental para adaptarse al entorno digital en el que nos encontramos.
Dentro de esta regulación y en relación con los posts anteriores, la protección de datos es tarea esencial. El Reglamento (UE) 2016/679 es el encargado de la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos.
Si se quiere realizar un mercado único de datos será básico garantizar la protección de los datos personales que pueden afectar a las personas físicas. También lo será para el uso de la Inteligencia Artificial (su importancia se acentúa pues los datos obtenidos de su aprendizaje y su interactuación con nosotros son la base para la toma de sus decisiones). Así, la protección de datos trata de evitar que dichos datos se utilicen para fines comerciales.
Todas las prácticas responsables de protección de datos que propone la Unión Europea repercutirán en nuestra ciberseguridad y nos salvaguardarán de hackers especializados en robar datos bancarios o de empresas que los utilizan sin nuestro consentimiento para fines comerciales.
Para mantener nuestra seguridad informática y evitar el uso de ciberataques la UE recomienda a las empresas:
- Cuidar los datos antes de adquirirlos
- Codificar la información
- Técnicas de seguridad en todo el software
- Controlar el acceso a la información
- Realizar constantes copias de seguridad
- Evitar abrir spam o correos maliciosos
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