El uso masivo de la tecnología permite tener a nuestro alcance cuantiosa información que, debido al entorno cambiante en el que nos encontramos, se ha transformado en un factor productivo muy valioso para la toma de decisiones. La información deriva de unos elementos básicos denominados datos. Por tanto, al ser estos la base de la información, se han convertido en algo que tanto las empresas como las instituciones públicas deben gestionar y almacenar.
Es común navegar por Internet y aceptar la política de cookies, al igual que lo es no disponer de suficiente almacenamiento en el teléfono y meter algunos datos en la nube. Estas acciones conllevan la necesidad de disponer grandes plataformas donde queden almacenados esos datos y de protegerlos de usos perniciosos.
Actualmente, la mayoría esos datos son controlados por las empresas consideradas gigantes de la Red, como Google. Es decir, se trata en su mayoría de empresas estadounidenses o chinas a las cuales la Unión Europea quiere empezar a hacer frente mediante una estrategia de datos, con el fin de consolidar el mercado único de datos.
Los objetivos del mercado único de datos son claros:
- El primero es que cualquier persona (incluidas empresas y organizaciones públicas) dentro del marco europeo esté facultada para tomar unas decisiones más eficaces y eficientes, basadas en datos no personales.
- Garantizar la seguridad de todos los datos (tanto personales como no personales) mediante el respeto pleno a las normas de la UE y sus valores.
- Y en consecuencia a las dos anteriores, avalar la soberanía tecnológica de la UE (frente al sometimiento a Estados Unidos y China).
Para ello, la Comisión Europea reforzará sus estructuras tecnológicas mediante unas súper plataformas perfectamente interoperables; y fortificará el marco jurídico sobre la protección de datos y esta estrategia tecnológica.
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