La práctica propuesta consistió en la ideación y ejecución de una pieza escultórica bajo la temática del alzheimer. Disponíamos de tiempo limitado (aproximadamente dos horas) y materiales específicos para la realización del ejercicio (papel, gomas de oficina y palitos de madera). Una vez definidas estas especificaciones del ejercicio, la ejecución y la técnica empleadas quedaban a elección del alumno.
De los materiales proporcionados, el papel centró toda mi atención. Se trataba de un papel de gramaje medio-alto, beige gofrado lo que le caracterizaba de un color y textura agradable para su doblado.
Trabajé con el doblado del papel como elemento expresivo generando diferentes patrones mediante el mayor o menor doblado de las hojas de papel. Obteniendo de esta forma cinco patrones geométricos. La elección de los patrones y la geometría, se debe a que son un elemento que me evoca directamente a la matemática, y por tanto al pensamiento racional y por generalización a la mente.
La ejecución, es decir la propia acción de doblar siguiendo un patrón es parte de la pieza, pues es un proceso en el que cada nueva doblez es un nuevo enlace o un elemento de unión entre la doblez anterior y la siguiente, formando una red. Proceso que me evoca la evolución y aprendizaje desde la niñez. Comenzando desde un vacío y llenando ese vació de enlaces hasta formar complejas redes de conocimiento. Uniones creadas con cada nuevo estímulo, cada sentimiento, cada nueva capacidad, cada dato…
Y la evolución de la enfermedad, en la que se van perdiendo relaciones y uniones, como en un mapa de carreteras en el que desaparecen progresivamente carriles y accesos, impidiéndonos llegar a algunos destinos.
Así mismo, el doblado según un patrón es una tarea “compleja”, que implica la coordinación motriz de las dos manos. Relaciona pensamiento con acción. Tarea que se vuelve dificultosa según la enfermedad avanza.
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