Historia, memoria y mentalidades del jíbaro inmigrante a través de la música y la décima: primeras aproximaciones

17/03/14, 16:07

el jíbaro

 

Es de general conocimiento el problema que supuso el cambio de soberanía en la isla a partir de 1898 con la cesión de Puerto Rico a Estados Unidos por parte de España.  Tras ella comenzamos un siglo XX con una devaluación de la moneda a un 40%, la monopolización del sector azucarero por parte de compañías estadounidense ausentes (es decir, que administraban y tenían el control del capital, pero fuera de Puerto Rico), la imposición del inglés en al menos los primeros 40 años del mencionado siglo y todas los conflictos socio-culturales y políticos que tales cambios implicaron. Todo esto, y muchísimos factores adicionales contribuyeron a la migración de muchos campesinos puertorriqueños, o “jíbaros”, a diversas partes del Caribe como la república Dominicana, pero especialmente a Estados Unidos, tema que de momento nos compete.  No obstante, aunque estos aspectos de nuestras primeras décadas del siglo XX han gozado de bastante atención desde perspectivas políticas y económicas, todavía merecen mucha más discusión historiográfica, pero sobre todo tomando en consideración muchas de las aportaciones hechas desde otras disciplinas.  Todavía hace más falta que los historiadores miremos más allá de nuestros límites territoriales sin que implique una salida del mismo.  Muchos académicos y estudiosos de la talla de R. Marqués, V. Dávila, A. S. Pedreira y M. Álvarez Nazario han contribuido al entendimiento de lo que es “ser” jíbaro y analizaron el proceso migratorio que experimentaron durante las primeras décadas del siglo XX con todas sus implicaciones y choques socio-culturales experimentados durante el proceso.

Puesto que esto es solo un artículo de blog, nos limitaremos sólo a un aspecto de la realidad socio-histórica del jíbaro inmigrante, esto es, la décima puertorriqueña, particularmente tres de las muchas que podemos encontrar sobre el tema: Un jíbaro en Nueva York de Baltazar Carrero, Yo me quedo en Puerto Rico de Flor “Ramito” Morales Ramos y Nostalgia de Virgilio Dávila.

A través de estas décimas podemos encontrar cuestiones muy variopintas de la cotidianidad del jíbaro, en la que se ve forcejeando en una sociedad ajena a la de la isla, como por ejemplo en el tema del idioma y de la lengua, que con bastante frecuencia lo vemos en los problemas de comunicación que enfrentaba ante la falta de conocimiento de un idioma que le era ajeno.  Sobre este aspecto podemos apreciar el pulseo de palabras que tiene que utilizar para ser entendido en cosas tan elementales como el bacalao, que ahora no lo entienden en español, sino es diciendo “Cod Fish”.

La mención del bacalao puede inferirse desde múltiples vías, tanto desde lo gastronómico, político y religioso.  Desde el punto de vista gastronómico resulta importante su mención por todas las paradojas que implica, dado a su importancia dentro de la gastronomía puertorriqueña, pero que curiosamente es pescado en aguas del norte y por ende imposible de conseguir en aguas caribeñas.  Sobre esta cuestión en particular historiadores como C. Ortiz Cuadra ha contribuido grandemente a la historiografía puertorriqueña al analizarlo como un plato muy importante dentro de la gastronomía puertorriqueña, pero que sólo se consigue por medio de la importación.  Por otra parte queda implícita la necesidad de conseguir bacalao.  ¿Por qué el jíbaro lo necesita?  Pueden ser múltiples las razones y posiblemente no podríamos saber únicamente por medio de esta décima, pero no podemos olvidar el catolicismo como un factor religioso y cultural como elemento más en la diferenciación cultural entre el puertorriqueño católico por tradición hispana en yuxtaposición al anglosajón más afin al protestantismo.  Por otra parte podemos apreciar por medio de estas décimas lo dinámico de nuestro dialecto puertorriqueño, en este caso particular el hablado por el jíbaro, que además de poseer claras influencias del canarias, astur-leonesas, andaluzas y corsas, ahora se añaden influencias del idioma anglosajón al verse el jíbaro en la necesidad de utilizar palabras en inglés para ser entendido, cosa que ha sido identificada en el pasado por el filólogo M. Álvarez Nazario.  Sin embargo, quedó perpetuado en la memoria histórica una palabra bastante frecuente en el habla jíbara:”trambuloquia’o”, casi olvidada en el Puerto Rico contemporáneo, que quiere decir “loco”, “demente.”, y palabras de clara influencia taína como “batey”, por ejemplo.

El elemento de la nostalgia geográfica es muy recurrente en esta problemática migratoria, como puede apreciarse en las comparaciones que hace el trovador “Ramito” del “Empire State” con su batey en Puerto Rico.  También lo podemos encontrar en la comparación que hace V. Dávila de Puerto Rico con una flama a diferencia de Nueva York, donde el jíbaro se muere de frío.  ¿Fueron razones puramente económicas por las cuales el jíbaro emigraba a Estados Unidos?  No podemos descartar la multiplicidad de razones que lo pudieron haber movido a tomar esta decisión, incluso razones basadas en la opinión general de la gente, como revela B. Carrero, quien se fue, según el porque:

“dicen para ‘hí pa’ llá, pa’l barrio que yo vivía, que aquel dinero se cogía en la calle por puhña’o…”

 

o hasta buscar un mejor como  comenta V. Dávila al comienzo de Nostalgia que dice:

 

“tras un futuro mejor el lar nativo dejé, y mi tienda levanté en medio de Nueva York…”

 

Como expusimos al principio de este artículo, no pretendemos hacer darle trato monográfico a este artículo puesto que es muy difícil hacer algo de esta naturaleza en un “blog”.  Lo que sí queremos para este trabajo es identificar cómo fuentes alternas a las tradicionales, en este caso la décima, nos provee un diferente panorama de un aspecto de lo que conocemos de la sociedad puertorriqueña y del jíbaro, sobre todo remitiéndonos a lo que ha dicho muchos académicos puertorriqueños importantes desde otras disciplinas alternas a la Historia.  Todavía falta por profundizar en el tema de la multidisciplinariedad en términos teóricos y metodológicos para llevar a cabo un ejercicio de investigación sistemático y riguroso, a la vez que es necesario para un futuro utilizar fuentes mucho más diversas como las artísticas-plásticas, las literarias, y por supuesto, las fuentes históricas.

Fragmento de “Un jíbaro en Nueva York”

(Baltazar Carrero)

 

Yo vine pa’ Nueva Yol

porque yo me imaginaba

que aquí lo mihmo se jablaba

El ingléh que el ehpañol

Pero medijo un siñoh:

“No, tú, ‘tah muy equivoca’o.

Cuando quierah bacalao

Tieneh que decir ‘Cod fish’

Al puente le dicen ‘Bridge’”

Qué trihte y trambuloquia’o

 

En que problema yo me veo

cuando llego a un “restaurant”

Me dicen que: “ua iu uant”

Y le señalo con el de’o

Aunque tenga ese deseo

de comel jamón hohnea’o

Malcoh, el compay m’ ha ehplica’o

que diga “Virginian ham’

Pero ehtoy mirando bien

Qué trihte y trambuloquia’o

 

Fragmento de “Yo me quedo en Puerto Rico”

(Flor “Ramito” Morales Ramos)

 

Quién fue el que me dijo a mí,

que me fuera a Nueva Yol

que el ambiente era mejol,

y diferente al de aquí.

 

Pero yo que estado allí

Si hay que critical critico.

Allí sólo se ve un pico.

El del Ampaier Ehteit

Yo no dejo mi batey

Y yo me quedo en Puerto Rico

 

Fragmento de “Nostalgia”

(Virgilio Dávila)

 

¡Mamá! ¡Borinquen me llama!
¡Este país no es el mío!
¡Borinquen es pura flama,
y aquí me muero de frío!

 

Tras un futuro mejor

el lar nativo dejé,

y mi tienda levanté

en medio de Nueva York.

 

Lo que miro en derredor

es un triste panorama,

y mi espíritu reclama

por honda nostalgia herido

el retorno al patrio nido.

¡Mamá! ¡Borinquén me llama!

No se permiten comentarios