Un pianista romántico en Puerto Rico. La influencia del aguinaldo jíbaro en el “Souvenir de Porto Rico” de Louis Moreau Gottschalk

22/03/14, 16:44

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Louis Moreau Gottschalk

 

El 14 de julio de 1858 llegó a San Juan de Puerto Rico Louis Moreau Gottschalk en una gira artística que lo lleva por muchos lugares de América que tuvo como objetivos difusión de su música, conocer la música de los lugares visitados y buscar nuevas inspiraciones para sus composiciones.  Esta noticia fue difundida a través del periódico La Gaceta de Puerto Rico de ese mismo día con mucho júbilo, lo cual supone la gran expectativa que se tenía de su visita, pues no se trataba de un compositor cualquiera. Sin embargo, no es mucho lo que se conoce sobre su visita a Puerto Rico, aunque esto no debe ser un motivo para quedarnos de brazos cruzados y no reflexionar sobre este evento tan trascendental en la Historia  de la música y sociedad puertorriqueña.

Oriundo de Nueva Orleans, Louisiana (Estados Unidos), Louis Moreau Gottschalk nace el 8 de mayo de 1829 de madre creole (su abuela era de Saint Domingue, actualmente Haití) y padre judío londinense.  Desde muy niño aprende a tocar piano, lo que le vuelve muy reconocido entre la alta burguesía de Nueva Orleans y le permite tocar en escenarios importantes de la ciudad como el hotel St. Charles.  A los 13 años marcha a Europa con el objetivo de formarse como músico clásico en el Conservatoire de Paris.  Allí le deniegan la admisión que solicitó debido a su origen nacional puesto que, según Pierre Zimmermann, director de la facultad de piano, “América es un continente de motores de vapor.”  A pesar de admisión denegada al conservatorio, Gottschalk entra posteriormente a él por la ayuda de amigos de la familia.  Luego de terminar sus estudios en Francia, regresa a Estados Unidos en 1853 e inicia su gira por muchas partes del continente como Cuba, Brasil, Santo Domingo, Venezuela y Saint Thomas, lo que le condujo a visitar en su momento a Puerto Rico.

Como dijimos antes, muy poco se conoce de los detalles de la visita de Louis Moreau Gottschalk a Puerto Rico (salvo que vino a la isla acompañado de la soprano de 13 años llamada Adelina Patti) y algunos asuntos de sus recitales.  Según D. Thompson, posiblemente Gottschalk visitó la isla en un principio por invitación de algunos hacendados y grandes comerciantes isleños que se enteraron que el romántico se encontraba en Saint Thomas.  Las razones de su hipótesis se deben a que se tiene constancia documental de las relaciones comercial entre Puerto Rico y esta isla danesa en aquel entonces.

En términos musicológicos y sociales mucho menos sabemos si pudo conversar directamente con músicos reconocidos de la isla como por ejemplo Manuel Gregorio Tavárez porque apenas éste era un adolescente.  Sin embargo, hay que conceder la posibilidad de asistencia de Tavárez a los recitales de Gottschalk, ya que para la  visita del estadounidense Tavárez hubiese tenido 15 años, habiendo nacido en 1843.  Un análisis curioso que resulta de esta cuestión es la coincidencia de que en ese mismo año en el que Gottschalk visitó Puerto Rico, Tavárez entró al mismo Conservatoire de Paris en el cual el aclamado pianista estudió (posiblemente a Tavárez se le hizo más fácil entrar al conservatorio parisino por su ascendencia francesa paterna).   Las posibilidades de que haya conocido a otros músicos importantes como Juan Morel Campos, discípulo de Tavárez son muy reducidas o casi nulas, pues éste nacería un año antes de la visita de Gottschalk, en 1857.

No obstante todas estas observaciones, sí tenemos constancia de que Gottschalk aprovechó musicalmente esta visita.  Prueba de ello es su composición titulada Souvenir de Porto Rico/ Marche des Gibaros op. 31.  Es muy probable que de lugares visitados por Gottschalk, Cabo Rojo, San Juan y Ponce, éste último haya sido de gran provecho para el importante pianista.  Esto se debe a que, según A. G. Quintero Rivera, Ponce fue en su momento una de las ciudades más importantes de la isla debido a la gran actividad económica (fue un gran emporio azucarero), política (sede de mucha divulgación y reflexión política-autonomista) y cultural llevada a cabo en la ciudad (Ponce será cuna incluso de uno de los más importantes compositores de danza previamente mencionados, Morel Campos).

Hasta la fecha muchos han estudiado la vida y obras de Louis Moreau Gottschalk, incluso en Puerto Rico.  Sin embargo, tanto su vida como esta obra merecen más atención en términos históricos e historiográficos por los factores  culturales, sociales, geográfico y económico que encierran.  En primer plano en Souvenir de Porto Rico se siente la cadencia afro-caribeña, que, si bien es innegable el aire europeo decimonónico de la obra, también es cierto que la obra toma como base de acompañamiento la síncopa africana.  Paralelo a  la cadencia africana, se siente también la danza puertorriqueña.  Sin embargo, a estas bases rítmicas se le sobreimpone una melodía jíbara, el aguinaldo jíbaro tradicional que solemos asociar con las canciones populares “Rosa blanca” o  “Si me dan pasteles…”, lo que evidencia una impronta jíbara campesina ya bastante fuerte en la sociedad isleña.

¿Por qué escogió Gottschalk el aguinaldo jíbaro como melodía principal para su obra cuando lo lógico es que se haya relacionado con músicos involucrados en las esferas clásicas y eclesiásticas, y que conocían nuestra música clásica por excelencia, la danza puertorriqueña?  Esta cuestión puede ser explicada a través de  diversas formas.  El seis y el aguinaldo probablemente gozaron de gran popularidad al igual que la danza en el siglo XIX.  La diferencia entre éstas estriba en que la danza, por tener su origen en la clase alta, tuvo más oportunidades de ser escrita a diferencia de el seis y el aguinaldo, cuyo medio utilizado para la perpetuación cultural fueron la memoria social y la tradición oral.  Otra razón por la cual Gottschalk escogió el aguinaldo como melodía principal pudo haber sido por la tendencia de los románticos de elevar al nivel clásico la música folklórica, y en este caso el aguinaldo y el seis eran los géneros folklóricos por excelencia.  Sin embargo, esto no debe ser motivo para descartar la posibilidad de apertura entre la sociedad jíbara hacia otros géneros musicales como la propia danza o la mazurca europea ya que, según F. Scarano, los círculos musicales en la isla no eran tan cerrados como solían serlo en muchos países de Europa, dándose la posibilidad entre músicos y compositores isleños de ser maestros de capillas en las iglesias, tocar en una fiesta de pueblos y dirigir orquestas en actividades de clase alta.

Desde una perspectiva social, económica y geográfica, Souvenir de Porto Rico apela también a los cambios económicos de mitad de siglo XIX, dirigidos por  hacendados y el campesinado jíbaro que desplazaba la industria cañera de la costa por el cultivo del café en la montaña.  Esto trajo consigo la conformación avanzada de la sociedad jíbara que en su momento nos habló Manuel Alonso en El Gíbaro y Manuel Zeno Gandía por medio de obras literarias como La charca.  La elección del aguinaldo jíbaro como melodía principal en Souvenir de Porto Rico nos muestra la conformación de una sociedad puertorriqueña producto de un mestizaje en el que el desenlace ya no era totalmente europeo, taíno ni africano, pero que comparte todas estas herencias que conforman su referente socio-cultural.  Probablemente nunca sabremos si en efecto Gottschalk reflexionó o no profundamente sobre la sociedad que vio durante su visita en Puerto Rico.  Lo que sí sabemos es que a través de su obra se recoge brillantemente una sonoridad que sirvió de espíritu cultural de un pueblo que empezó a proyectarse hacia la montaña como sociedad que era y como gestora del motor económico que había puesto en marcha.

 

Referencias:

 

  • Quintero Rivera, A. G., Salsa, sabor y control: sociología de la música “tropical”.  México, Siglo XXI Editores, 2005.
  • Thompson, D., Gottschalk in the Virgin Islands.  University of Puerto Rico.
  • Scarano, F. Historia de Puerto Rico: cinco siglos de Historia.  México, McGraw-Hill Interamericana, 2008.

 

Interpretación de la pieza: