El pasado jueves 12 de diciembre debatimos en clase si mandar deberes era o no una buena opción. Para ello lo que hicimos fue seleccionar una serie de argumentos y posicionarnos a favor o en contra.
Prácticamente todos estuvimos de acuerdo en que los alumnos necesitan un tiempo para desconectar de la escuela y para hacer actividades extraescolares. Además, las tareas que se les mandan para casa deben adaptarse a sus capacidades ya que, de lo contrario, al sentir que no son capaces de hacerlas se van a frustrar y esto puede desencadenar en una aversión hacia la escuela.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que no todos los alumnos tienen la misma situación familiar o social, esto significa que no todos van a tener acceso a Internet o a libros o no van a tener un ambiente de estudio favorable en casa. Esto puede hacer que algunas actividades sean discriminatorias para algunos alumnos.
Pero, en conclusión, lo que hemos sacado en claro es que los deberes son necesarios ya que muchas asignaturas necesitan práctica y trabajo en casa pero éstos deben estar ajustados a las capacidades del alumno y no deben ser sobrecargados.
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